Ustedes saben, estamos en Maracaibo. La gente del récord Guiness debería pasarse por aquí, a ver si nos dan el premio a "la ciudad con más infracciones de tránsito per cápita" o algo por el estilo. Y también estamos en una ciudad muy religiosa.
Pero me dan especial curiosidad esos que me pasan por el lado, o por el frente, o a veces parece que me quisieran pasar hasta por arriba... que llevan detrás una de esas plaquitas tipo "Jesús" en un pescadito, o una calcomanía con un rosario y una virgen, o una inscripción tipo "en Cristo todo lo puedo"... y van por toda la avenida zigzagueando, tragándose rojas y pares, no dando paso ni a los peatones, poniéndose en el canal contrario de hacia donde van a cruzar, y adelantando al otro por el mínimo canal espacio de medio metro que encuentre, no importa si ese espacio está a la derecha o a la izquierda.
Ah sí, es que ellos "en Cristo todo lo pueden". Hasta manejar como les da la gana. Hasta ser lo que en realidad son los conductores así: asesinos en potencia.
Sé que una cosa no condiciona la otra, no es que porque tienen la calcomanía manejan mal, ni menos porque crean en Cristo. No que va. Es que a pesar de que llevan una imagen de su "dios bueno" pegado en la carrocería, no tienen el más mínimo respeto por las otras personas que andamos en los otros carros o caminandito por la calle.
Y así van, por toda la circunvalación exhibiendo lo buenos creyentes que son y exhibiendo también lo buenos asesinos en potencia que pueden ser.
--
Recibe las entradas en tu correo electrónico:
Jajajaja... Por eso no uso esos distintivos...
ResponderEliminarMira, cuando leí esta entrada, no manejaba.
ResponderEliminarHoy en día, manejo todos los días por las avenidas más peligrosas se la isla, una distancia considerable... Y casi todos los mamahuevos, hijueputas y coñuemadres (regla universal del manejo: todos los demás conductores lo son...) tienen la etiqueta conmemorativa del centenario de la virgencita del valle.
Distintivo que ya detesto. Durante el censo, el único cabrón que se me puso cómico tenía una chapita con el mismo símbolo... Creo que estoy empezando a crear un fuerte prejuicio hacia el mismo, y creo que tengo razón en hacerlo.
No sólo éso, sino además el nítido contraste entre tales calcomanías y otras con cualquier expresión, como por ejemplo: "Cuando me ven, sufren", "Me gustan las cervezas frías y las chicas calientes", entre otras (podría seguir unas cuantas líneas más), sumadas a las de dibujos animados, piolín destacando entre tantas, sombreros "vueltiaos", que son sombreros típicos colombianos... A todas estas, ¿qué identidad se refleja en las calles de la ciudad, basándonos en lo que exponen estas unidades colectivas (música, actitud de los conductores, aspecto de las unidades en sí...)?
ResponderEliminarPara mí, la plaquita de "jesús" en el pescado es un síntoma típico, de quien por tener cierta religión o cercanía religiosa se creen con derecho de pisotear a los demás, a mayor conexión con su dios, mayor arrogancia.
ResponderEliminarPor eso en mi opinión no es que sean malos conductores "a pesar" de ser religiosos, sino que son "asesinos en potencia" precisamente por ser tan religiosos.
Interesante perspectiva la de todos los comentaristas. Creo que fui demasiado blanda con esos conductores cristianos xD
ResponderEliminarSaludos.