Ustedes saben, estamos en Maracaibo. La gente del récord Guiness debería pasarse por aquí, a ver si nos dan el premio a "la ciudad con más infracciones de tránsito per cápita" o algo por el estilo. Y también estamos en una ciudad muy religiosa.
Pero me dan especial curiosidad esos que me pasan por el lado, o por el frente, o a veces parece que me quisieran pasar hasta por arriba... que llevan detrás una de esas plaquitas tipo "Jesús" en un pescadito, o una calcomanía con un rosario y una virgen, o una inscripción tipo "en Cristo todo lo puedo"... y van por toda la avenida zigzagueando, tragándose rojas y pares, no dando paso ni a los peatones, poniéndose en el canal contrario de hacia donde van a cruzar, y adelantando al otro por el mínimo canal espacio de medio metro que encuentre, no importa si ese espacio está a la derecha o a la izquierda.
Ah sí, es que ellos "en Cristo todo lo pueden". Hasta manejar como les da la gana. Hasta ser lo que en realidad son los conductores así: asesinos en potencia.
Sé que una cosa no condiciona la otra, no es que porque tienen la calcomanía manejan mal, ni menos porque crean en Cristo. No que va. Es que a pesar de que llevan una imagen de su "dios bueno" pegado en la carrocería, no tienen el más mínimo respeto por las otras personas que andamos en los otros carros o caminandito por la calle.
Y así van, por toda la circunvalación exhibiendo lo buenos creyentes que son y exhibiendo también lo buenos asesinos en potencia que pueden ser.
--
Recibe las entradas en tu correo electrónico: