sábado, 26 de noviembre de 2011

Un poco más spammer que ayer


Este es un post de auto-ayuda. Es un post para justificar el frenético comportamiento que tengo y al parecer, tienen todos en la web esta, la social.

Cierto día posteé (ese es un nuevo verbo) en Facebook: "Una canción de despecho de hoy en día sería Nobody reads me", a lo que un amigo/troll mío contestó: "Esa debe ser de los mismos creadores de Everybody reads me but nobody posts a comment". Me reí, en el fondo sabiendo cuánto de verdad hay allí. 

El mes pasado recibí en este blog más visitas que nunca, mil y pico, y muchos se cagarán de la risa con ese pobre número. Más aún, en estos días vi una afirmación por allí que decía que solo entre 10% y 20% de las vistas de una página son lecturas reales.

Somos (soy) ya bastante dependientes de la 2.0, pero ella aún es muy ingrata, hay demasiado ruido en Internet. De pronto se nos ocurre una frase genial, vamos y la escribimos en Facebook pensando "con esta sí me la voy a comer", y cuando volvemos, hay 2 escasos Me gusta, y uno es del stalker que le da Me gusta a todo lo que uno postea. Y ni hablar de la ingratitud de Twitter. Cada día los "trinos" se trasladan a la parte baja de la pantalla más rápido. Si no repites las cosas, nadie las leerá.

En estos días se me ocurrió retomar mi user de Menéame. Lo había dejado porque ver a tantos españoles chavistas, que dicen que conocen la realidad de Venezuela, ya me daba hasta náuseas. Pero la cosa ha mejorado un poco. No se me ha ocurrido a mí mejor cosa que escribir en una nota un post de mi blog... en seguida me dieron como 5 negativos por spammer, y no fueron más porque me declaré ignorante, en verdad no sabía que no se podía hacer. Hoy vi cómo etiquetaban de spammer a uno que puso un post suyo en la cola. Y eso que en la ayuda dice que es totalmente permitido. De hecho yo lo hice una vez, no pasé de 5 meneos, pero vinieron unos cuantos lectores. La página tiene una herramienta, una lista para blogueros, pero debes tener más de 8 puntos de karma. Yo tengo 7.36, y no hace sino bajar el CDSM. Ellos dicen que es fácil llegar a 8. Yo no he podido.

Empecé a utilizar hace poco la modalidad "enviar entradas por correo electrónico a mis seres queridos y allegados". Me han venido a visitar gracias a ello. ¿Soy una spammer?

No me llamen dramática. Sólo quiero lo mismo que cualquier creador: que su discurso sea escuchado/leído/conocido. Y si no cuento ni siquiera con mi propia promoción, cómo puedo lograrlo. Me parece que están muy equivocados esos que piensan que "amor al arte" excluye comercialización o publicitación de lo creado.

Quién sabe. A lo mejor hoy soy un pelagato. A lo mejor dentro de 5 años soy una blogstar con unos anuncios de un palo cada uno, veinte mil followers en Twitter y miles de visitas al mes. A lo mejor desisto.

Créanme que si lo logro será porque cada día soy un poco más spammer que ayer.

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martes, 22 de noviembre de 2011

Percibir el pálpito del universo

Hoy, otro día del músico más, pretendo publicar este texto inédito, que una vez sirviera de introducción a una pequeña obra programática que escribí hace unos 5 años. Debo confesar que está incompleto, porque lo demás venía a constituir el programa de la obra en sí, y sería insensato publicarlo sin publicar la música. Se los debo. Debo muchas cosas en realidad. Y disculpen que he estado tan inactiva, en este mes del músico, he tenido mucho trabajo. Afortunadamente tengo aún muchas cosas escritas sin publicar. También me disculpo por el exceso de puntos suspensivos, en ese entonces me gustaba abusar de ellos, como si la prosa quisiera ser verso, no sé. Decidí dejarlo tal cual.

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Percibir el pálpito del universo

Sólo queda el olor, sólo el éxtasis, sólo un suspiro de la tempestad carnal… tempestad solitaria e infecunda como siempre ha solido ser… aún se siente la humedad mental que me ha dejado el día lluvioso… de mi cabeza no sale la melodía del segundo movimiento de la Sonata de Mozart, sutil y deliciosa… la practicaba esta tarde, o al menos lo intentaba… mis dedos son demasiado torpes… observo el exquisito contraste entre el turquesa del lápiz con el que escribo y el rojo del plástico bajo mi cuaderno… este es el contexto… ¿qué siento? ¿qué percibo? Se me ocurre un nombre muy apto para describirlo… es simplemente el pálpito del universo, es la materialización del tiempo, el eterno movimiento de la materia y de la energía… ese movimiento admirable e insistente que con mucha razón los físicos llamaron armónico… armonía… equilibrio… eso es la onda, el pálpito del universo.  Ella es la manifestación más diminuta de aquel principio de que todo tiene un inicio, un punto cumbre y de allí un retorno al nivel inicial… eso es la onda, la oscilación del espacio… y ella es la que conforma o, mejor, dicho, viene a ser, la que es cada una de esas cosas que hemos considerado acaso bellas… la luz es onda… el sonido es onda… y ella es en toda su variedad la que le ha dado razón a mi percepción, la que le da vida a la forma, ella siempre vibrante, no permite que el todo de este cosmos sea estático… es el corazón de la realidad.

Mis ojos las ven, mis oídos las escuchan y son la única razón de ser de mis ojos y mis oídos, son lo único verdadero para ellos y es en sus formas más esenciales que me resultan más bellas… todo lo demás es derivado, es su pureza la que me produce el éxtasis, es su proporción inherente, lo que hace la armonía… es ella la energía a través de la cual los seres y hasta los objetos inertes de este universo transcienden su propio espacio y se dejan percibir antes de ser palpados, hacen sentir su latido, afectan el espacio que los rodea y finalmente el tiempo se hace concebible… me recuesto en el pecho fecundo del cosmos y siento su cálido latir… sólo concluyo… el calor es movimiento, la luz es movimiento, el sonido es movimiento… es la onda lo más sublime y placentero que se pueda imaginar, o al menos en este momento me lo parece… todo encanto es consecuencia directa de mi capacidad de percepción.

Percibo… mi mente no está sola, más bien parece aturdida, como en cada detalle de la realidad hubiese posibilidades de quedar embelesado… Pero mi mente está loca, ella absorbe y todo lo transforma, todo lo mezcla, todo lo universaliza… ella no es capaz de contemplar lo efímero, porque lo que es fugaz es inconsciente, y sin embargo, éste último es accesible… ya no es fugaz… ella no sabe de instantes, sólo sabe de reanimarlos y recontextualizarlos, sin embargo, ella es maravillosa.

Esta mañana desperté… percibí un destello, que luego fue tomando forma… azules, verdes, rosas, amarilos, claro está, esa es mi mente la que se da el trabajo de darles los nombres, y después observa cómo se entretejen y descubre con sus remembranzas que estoy en mi habitación, pero este proceso es fugaz y despreciable…  Se oyen sonidos afuera, y mi mente concluye: un camión, una corneta, una reja, el aire acondicionado… a veces –como ya lo dije, ella está loca-  quiere contemplar lo fugaz, lo puro, y aunque lo pretende le es muy costoso, y si alguna vez estuvo cerca de lograrlo, le pareció un trance infantil o surrealista… sueños poco coherentes para ella, simplemente se deja llevar por lo que percibe, pero al momento le resulta tan bello que es incapaz de olvidarlo, ella insiste en comprenderlo.  Pero no conforme con estar allí, pasiva mas no estática, contemplando la realidad, ella la admira tanto que quiere recrearla, quiere cambiarla, le gusta de vez en cuando ser material, vibrar con el universo, y finalmente percibirse a sí misma ahí afuera, formando parte de todo lo demás… Mira un paisaje y no se conforma con guardarlo en sus intrincadas e imperfectas neuronas, sino que lo asimila, lo retoca y luego quiere recrearlo, quiere percibirlo a su manera pero desde la misma realidad.  A ella le gusta jugar consigo misma, le gusta echar colores al lienzo y reencontrarse con ellos en la realidad; le gusta recrear sus estados psíquicos con un montón de sonidos… a ella le gusta hacerse sentir, le gusta mover la realidad, le gusta hacer ondas… sí, a veces tira piedritas al agua y a veces canta; a veces colorea y a veces toca el piano, pero siempre lo disfruta… le encantan las proporciones de las ondas… se recuesta en el pecho fecundo del cosmos y siente su cálido latir… siente el tiempo…

Surface waves. Roger McLassus

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domingo, 13 de noviembre de 2011

Mi terrible 11/11/11

Digo de antemano que esa fecha, aunque fue de numeritos bonitos, no creo que haya tenido nada de especial por tener muchos unos. Lo que sí les puedo decir es que para mi fue un día caótico y agotador, y en el que pasé muchos malos ratos con la gente. No hablo de conocidos. Hablo de "la gente" en general, que no sé qué tiene últimamente en Maracaibo, pero la educación o el buen comportamiento ciudadano se nos fue al carajo.

No quiero fastidiarlos mucho con mis anécdotas personales así que en cuanto a lo transcurrido seré breve. En primer lugar me desperté con un dolor de garganta terrible que, menos mal, se me ha pasado ya un poco. El día comenzó trabajando, acompañando a un coro infantil en una misa. Una misa de esas que me pone de mal humor, no porque sea misa, sino porque en las banquetas solo había infantes como feligresía, y a mi esa vaina me parece de terror. El cura hablaba una cantidad de metáforas que si del prójimo, que si de la trinidad, que si de dios todopoderoso, y yo solo pensaba en los pobres chiquitos sometidos sin remedio a tal adoctrinamiento, y acatando aquel discurso lleno de sin sentidos. Bueno, unos cien católicos más pa'l mundo. Y de paso se me había anunciado un día antes de la susodicha misa, y no me sabía la mitad de las canciones, así que fue la mitad del tiempo haciendo acordes por intuición. Confieso que no me gusta trabajar así.

Luego fui a un par de bancos a hacer unas diligencias, y creo que en ellos pasé los peores ratos del día. Dicho sea de paso allí transcurrió el "mágico" 11/11/11 a las 11:11 (el reloj del banco se vio lindo con eso jeje). La cosa es que no sé por qué carajo en este país lo hacen perder tanto tiempo a uno en un banco. Al primero que entré tenía solo 10 personas en la cola de taquilla, ¡y estuve una hora entera! No es sólo la atención lenta y la ineficiencia de quienes trabajan allí, lo que más me puso de mal humor fue el comportamiento de la gente en general. Si hay que hacer una cola, todos la hacemos y punto, a menos que sea Ud. de atención preferencial. Pero no, resulta que ahora la gente la ha agarrado por llegar, hacer la cola 5 minutos, decirle al de atrás que se va a sentar un ratico, que le cuide el puesto (a cuenta de qué no sé) y se paran no más cuando ya casi les toca el turno. ¡El colmo es que hablo de personas jóvenes! No de minusválidos, ni de ancianos, ni de embarazadas. En uno de los bancos, incluso, había gente joven en este plan, mientras en la taquilla de atención preferencial los ancianos hacían su cola de pie. ¡Qué descaro! Y los empleados del banco ni prestan atención a la situación.

Después de todo eso de los bancos fui a almorzar y a prepararme para otro pequeño concierto que tendría con otro coro infantil, pero que era al otro lado de la ciudad. Si algo bueno tuvo el día fueron sin duda los fetuccini con champiñones y crema de leche que hizo mi mamá. Luego, los malos humores se debieron al caos vial, y al normal comportamiento de los conductores en Maracaibo: descortés, atorado, violento e imprudente. Cuando iba de ida, estuve media hora rodando, y media hora en cien metros, por un evento que había por ahí. Sé que esto en otras ciudades es habitual, les digo, aquí como que ya estamos empezando. Fui a mi concierto, donde me encontré con un querido maestro, aunque confieso que me puse un poco nerviosa de tocar con él allí, porque lo respeto mucho.

Decidí regresarme con el bus del coro, pues me ahorraría la mitad del camino, y una compañera me dijo que iba por los lados de mi casa, así que luego me fui con ella. En el bus tardamos como una hora (normal en hora pico), pero luego tardamos dos horas desde el módulo sede hasta la casa, un trayecto que normalmente se hace en poco más de treinta minutos. La avenida entera era una cola que no caminaba, y en ciertos puntos había policías trancando la via y no nos explicábamos por qué. A esto se sumaba que en cada intersección (sea que hubiere semáforo o que no) todos trataban de meterse a lo loco, y como usualmente pasa en Maracaibo, los conductores prefieren trancar la via antes que dar paso al otro, dando como resultado embotellamientos absurdos, lo cual demoraba más la fluidez en general. Después me enteré que semejante caos se debía a unas protestas y al gran "encendido" de la avenida La Limpia. Al gobierno local no se le pasó por la mente poner unos fiscalitos por las paralelas a ver si no se formaba semejante mollejero. Solamente vimos a los susodichos policías que lo que estaban haciendo no era mejorando la situación, sino trancando una de las paralelas principales (no he sabido por qué) y desviando al tráfico por los alrededores, donde había también colas paralizadas. Todo esto en la oscuridad, pues el sistema de iluminación de la ciudad ya deja mucho que desear, y calándonos la infinidad de huecos de las "trochas" que desde hace años no les hacen ni un cariñito.

Luego de que llegué a casa, me di cuenta que no tenía mi celular y pensé haberlo botado en la calle. Afortunadamente lo tenía mi compañera, y afortunadamente al día siguiente lo devolvió. Digo afortunadamente, porque varios testimonios he tenido de celulares robados hasta por amigos y conocidos de las víctimas. A eso hemos llegado. 

Tanto que hablamos mal de nuestros gobernantes, pero como dicen por ahí: tenemos los que merecemos. Aunque, después de tanta gente maleducada y tantos conductores irresponsables, un detalle me hizo caer en cuenta de que todavía queda gente honesta.

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lunes, 7 de noviembre de 2011

Zapatos sucios

Iba caminando por la ciudad, que esta madrugada fue azotada por una fuerte lluvia. Estaba llena de charcos y lodazales, llena de hojas y agua sucia. De pronto rememoré esos días de colegio, en los que le insistían a uno que limpiara y lustrara sus zapatos. Y me pregunté de pronto: ¿por qué estará mal visto que alguien tenga los zapatos sucios?

Los zapatos son esas prendas que separan a nuestros pies de la tierra. ¿O más bien las prendas que nos unen a la tierra? Es de caminantes ensuciarse los zapatos. Mojarlos, llenarlos de tierra seca o húmeda, pasarlos entre el monte, entre las hojas, o infortunadamente por cemento fresco. Por eso los niños siempre tienen los zapatos sucios. Ni les importa por dónde caminan o si lo que pisan los ensuciará.

Yo disfruto caminar por la tierra, por el lodo, pisar charcos (si no están muy profundos, aunque a veces ni eso me importa), pisar las hojas, caminar por el monte. Disfruto de las múltiples texturas y los múltiples sonidos. Y creo que prefiero a alguien con los zapatos sucios antes que con los zapatos pulcros. Porque ahí hay una señal de que ha caminado prestando más atención al camino y a sus alrededores, que al hecho de no ensuciarse.

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miércoles, 2 de noviembre de 2011

Eveling y las corridas de toros

"Eveling y las corridas de toros o la crisis comunicacional de Venezuela" o más bien "Eveling y las corridas de toros o el poder de la 2.0" debería ser el título del post.

No vengo a hablar de lo buena o mala que ha sido la política de la actual alcaldesa de Maracaibo respecto a las corridas de toros. A este respecto solo puedo decir: ha sido igual que todos los alcaldes anteriores. Simplemente no las defienden, pero tampoco las atacan ni las prohíben. Prefieren mantenerse al margen de la cuestión, y no parecer defensores de atrocidades, pero no acabar con el espectáculo/mercado que se arma todos los años en la Plaza de Toros de Maracaibo.


Vengo a hablar más bien, del escándalo que se ha formado en las redes sociales debido a un tweet de un empresario de corridas. Nada más de ese trino, salieron noticias en la prensa digital de todo el país, poniendo como titular "Decretan las corridas de toros patrimonio histórico cultural de Maracaibo" (tienen el ejemplo de Panorama, Informe21 y AgenciaCN). Cuando ves, las tres noticias tienen exactamente el mismo cuerpo literalmente transcrito. Desconozco cuál medio la publicó primero. Pero lo grave es que la noticia afirma como cierto este decreto NADA MÁS basándose en el tweet anteriormente mencionado. No buscaron entrevistas con el empresario, no se comunicaron con la Alcaldía, no corroboraron en la cuenta Twitter de la Alcaldía (manquesea como dicen), NADA.

Por supuesto, el "hecho" llegó a los trending topics de la red social Twitter y todo el mundo en Facebook armando escándalo por el hecho, hasta escuché un programa en la radio que hablaba de ello. Unos cuantos usuarios de Twitter hicieron retweet del trino de Marubini, nadie pidió pruebas.

Mal estuvo de la Alcaldesa, desmentir apenas el día de hoy (así de vertiginoso se ha vuelto el tiempo en nuestra era) el hecho que tantos medios dieron por sentado, y bueno, ya hicieron lo suyo con lo de las declaraciones de ella. Así mismo, salió el Marubini diciendo que lo engañaron. Pobrecito.

Todo esto lleva a reflexionar sobre dos cosas:

El cómo la gente que goza de cierta fama lanza un tweet a la nube irresponsablemente, y ya todo el mundo se lo cree. El poder de la 2.0 o cómo la gente cae en cualquier pendejada de 140 caracteres sin pedir la menor explicación.

El cómo los medios de comunicación de Venezuela hacen noticias de trinos, sin importar su origen, y sin corroboración de varias fuentes. Es un periodismo pobre, que goza de mucho sensacionalismo y carece casi totalmente de investigación, y entre ayer y hoy, lo demuestran una vez más.

Post disponible también en: http://li.co.ve/erO 

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