lunes, 31 de diciembre de 2012

2012: año de hitos personales

Este año fue un año de poca teoría y mucha praxis, muchos eventos, muchos hitos. Más allá de generalizar, como hice el año pasado, me pasearé por ellos, a modo de introspección y con ánimos de compartir la gratitud que esta vuelta alrededor del Sol me ha dejado.

Enero: una visita especial

He mencionado que viví tres años en La Azulita, estado Mérida. Fue hace tiempo, sin embargo, la experiencia allá vivida es inolvidable: la gente, y el contacto con la naturaleza. A finales del año pasado tenía unas ganas inmensas de visitar el pueblito, al que recurro con cierta frecuencia, como quien atiende a un santuario personal. Me encontré con unos pocos amigos, y esta vez, conocí lugares que no había visitado allá, como una agradable estancia donde se toma buen vino artesanal y las Cuevas del Pirata. También hice algo que nunca había hecho allá: astrofotografía, aunque lamentablemente estaba muy nublado, pero aún así se logran conseguir buenas imágenes.








La Luna entre las nubes. 8 seg de exposición
Fue en ese viaje que me tomé la foto que sería mi imagen en las redes sociales durante la mayor parte del año:

Un poco de rock'n'roll

A mediados de febrero un viejo amigo me propuso que tomara su lugar en un grupo que toca rock de los años '60, '70 y '80. Mi especialidad es la música académica (o "clásica"), cuando fui al primer ensayo estaba un poco tímida, pero aprendí unos temas, y me di cuenta de que sería una experiencia enriquecedora. A través de ensayos constantes, estudio de nuevos estilos y algunos tutoriales de YouTube, he logrado hacer un trabajo decente. Nuestro estreno con los integrantes actuales fue apenas en septiembre. Ha sido grato compartir con las personas de este grupo, la mayoría de ellos bastante entrados en años, y me da gusto poder expandir mis horizontes musicales y profesionales.



El tránsito de Venus


El Tránsito del planeta Venus es un suceso excepcional, y ninguno de nosotros tendrá la oportunidad de volverlo a presenciar. Un tránsito ocurre básicamente, cuando un cuerpo celeste ofusca a otro, obstruyendo parcial o totalmente su visión. En el caso del Tránsito de Venus del 5 de junio del presente año, nuestro país no fue muy afortunado, puesto que el evento comenzó aproximadamente a las 17:37 Hora Local de Venezuela, y para entonces el Sol ya estaba cerca de ocultarse, por lo cual solo pudimos apreciar más o menos una hora del fenómeno.

Tuve la oportunidad de viajar con mis compañeros del Grupo Astronómico del Zulia, asociación a la que pertenezco desde 2009. Decidimos ir a presenciar este evento en la Península de Paraguaná. Esto por dos razones referidas a la visibilidad: en primer lugar, Maracaibo es una ciudad sumamente húmeda donde por lo general hay alta nubosidad, por lo cual un lugar cercano al mar abierto implicaría menos riesgos en este sentido; y en segundo lugar, como el Sol estaría tan cerca del horizonte, tendríamos muchos obstáculos para ver en una ciudad (edificios, árboles, etc). El lugar era perfecto, podía verse claramente hacia el oeste sobre el mar. Vimos el Sol hasta el último minuto, y al final, podía apreciarse al planeta Venus a simple vista. Una experiencia astronómica inolvidable.

Tránsito de Venus, proyectado
El Sol ocultándose en el horizonte puntofijense
Miembros de Grupo Astronómico del Zulia, con una proyección del tránsito en streaming.
Conocer el potencial de tus piernas

En el mes de septiembre, me inscribí en la Media Maratón de Maracaibo. Ya reseñé esta experiencia en el blog. Me limitaré a una autocita:
Yo jamás había hecho ni siquiera una carrera de 10 Km, de ahí que quisiera sólo atravesar el Lago. Fue grande entrar al Puente, que inevitablemente se hizo más largo de lo normal. Pasarlo, más allá del cansancio, más allá de la falta de hidratación que sufrimos, fue una gran experiencia, hasta cierto punto, una experiencia estética. El atardecer caía sobre Maracaibo, y a pesar de la mucha nubosidad pudimos apreciar sus colores hermosos sobre aquella inmensa ciudad. Hacia atrás se veía el camino recorrido, con el nacimiento de la oscuridad de fondo, y a los lados, solo aquel inmenso Lago, perdiéndose en ambos horizontes. La falta de agua hizo que de aquel camino me quedara un sabor a sal. Luego de pasar las pilas, en la bajada recuperamos el aliento.
(...)
Estuve moviendo las piernas por aproximadamente 3 horas y 25 minutos. Mucho tiempo. Cuando llegué no quería dar un paso más y ni siquiera tenía hambre, pero luego de sentarme un rato recobré el aliento y me sentí satisfecha de aquella experiencia.
Este evento estuvo muy relacionado con el que reseñaré a continuación.


Codeándonos en un Mundial

Este evento merecía una entrada propia. Pero nunca me decidí a escribirla. Aparte de que cuando todo acabó estuve limitada de tiempo. Pocas veces he sentido en mi corta vida que he alcanzado de una u otra forma, un punto de plenitud. Puedo decir que en este momento estoy en uno de esos puntos. Tengo muchos proyectos, muchas cosas que desear, sin embargo, en cierto modo me siento realizada. Dicho sentimiento se debe a un acontecimiento que constituyó el centro de mis experiencias en esta vuelta alrededor del Sol: el 4to Campeonato Mundial de Choy Lee Fut de la Familia Chan, celebrado en Santiago de Chile los días 5, 6 y 7 de octubre de este año. Casualmente, en octubre cumplí 5 años practicando kungfu.


Ya hace más de dos meses que fue el campeonato. El trabajo realizado ha dejado una profunda huella en mi persona en todos los niveles. Resumiendo en una sola frase: en enero de 2012 yo era una persona, en diciembre, soy otra. Así de simple. Nunca antes me había concentrado tanto en una meta. O al menos no lo había sentido de un modo tan intenso. Puede ser una experiencia dura en muchos momentos, pero al final, viendo las cosas en retrospectiva, la sensación es indescriptible.

Recuerdo cuando a principios de año, nos reunimos, y nos fue informado quiénes seríamos los que íbamos a representar a la Escuela. Y no solo a la Escuela, sino al país. Haber sido nombrada me hizo sentir orgullosa, pero a la vez comprometida de estar en semejante responsabilidad. Sé que no fui seleccionada por poseer talentos especiales, solamente una cosa me ha llevado al lugar en el que estoy: la constancia. Muchas personas pudieron haber hecho mejores cosas que yo, pero decidieron no hacerlas, por una u otra causa. Sin embargo yo estuve siempre allí, y logré ser parte de este selecto grupo. Pero apenas era el principio.

En el primero de los entrenamientos especiales tuve que parar porque sentía náuseas. Los primeros meses entrenaba por mi cuenta en el patio de la casa. Hacía los entrenamientos físicos y las formas, a veces sacrificando mis estudios musicales. Todo en un comienzo era optimismo y ganas. Algo de cansancio también. Sin embargo, en ese entonces era un trabajo muy solitario.

En el mes de mayo tuve una crisis increíble. En primer lugar, organizamos un torneo regional, y no hice un buen papel, al menos no un papel destacado, entonces, ¿qué podría ser de mí en una competencia mundial? Además de ello, en aquél evento hubo roces personales que hicieron que el equipo se desarticulara un poco. Después, se hizo una prueba física en la que obtuve resultados deficientes, así como un chequeo en el cual no me fue muy bien, pero al que confieso que fui ya desanimada por todo lo anterior. Estos eventos me llevaron a escribir un post bastante pesimista sobre mi vida deportiva, y me preguntaba si aquel esfuerzo había valido la pena. Afortunadamente, mi conclusión fue que todo lo hecho hasta ahora sí había valido la pena, pero sencillamente, todavía no era suficiente. Sentía que el tiempo se acababa. Aparte de ello, junio y julio son meses de mucho trabajo (en un sentido estrictamente laboral), pues se hacen siempre muchas actividades por el cierre del período académico, y esto hizo que el tiempo dedicado a entrenar decayera forzosamente.

A finales de julio tuve la fortuna de iniciar un entrenamiento aparte, en un gimnasio, basado sobre todo en el desarrollo de la fuerza y la capacidad cardiovascular. Durante los siguientes meses, y hasta el viaje, pasaba aproximadamente la mitad de los días entrenando. En este lugar conseguí satisfacciones inesperadas e increíbles, y mi nivel subió notoriamente, así como mi entusiasmo. De no haber ido allí, no me habría inscrito en la Media Maratón, y probablemente hasta hubiera desistido de ir al Mundial. Pero no fue así.

El viaje a Santiago comenzó con gran confianza, y puedo decir que aunque no gané, salí de la alfombra orgullosa de lo que hice. Nuestro equipo logró trece medallas. Yo no subí al podio, pero logré dos cuartos lugares bien peleados. Aparte de eso, conocimos nuevos lugares (aunque yo ya había visitado Santiago anteriormente), nuevas personas y se fortalecieron lazos de amistad.

Nuestra selección, en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía

Haciendo la forma manos vacías
Nuestra selección luego de que finalizara el Campeonato
En el Museo de Historia Nacional de Santiago. Recorriendo el casco histórico.

En los meses de noviembre y diciembre lo que he hecho es tocar mucho, y agarrar una de las gripes más desgraciadas que he tenido. Este año he descubierto que vivo como me da la gana. Con una situación político económica muy desfavorable alrededor, aún no con muchos ingresos, pero sí haciendo lo que quiero, y así voy a seguir. El recuento del blog como tal, lo hice aparte.

Espero que ustedes también puedan vivir cada día un poco más parecido a como quieren vivir. ¡Feliz año 2013 a todos!

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