No sé por qué, la mayoría de la gente siente una extraña repulsión hacia la teoría, hacia el mundo de lo teórico, de lo explicado y demostrado con palabras. Hay quienes incluso lo miran con despectividad, como si la vida sólo pudiera tratarse de lo práctico, y lo teórico constituyera una creación inútil de la mente humana.
Pero cómo alguien como yo, con un inusual talento para el entendimiento y la creación de teorías, podría pensar de esta manera. Es que hasta las cosas prácticas son más fáciles de entender y detallar para mí, si vienen acompañadas de una teoría. Y ahora pretendo expresar mi particular punto de vista sobre ello.
La teoría es un arte. Un arte expresado con una semiótica compleja y precisa, y está cargada de metalenguajes; pero aún así, un arte. Una teoría para ser buena debe ser elegante, lógica, abarcadora, y expresar genuinamente el objeto teorizado. La teoría es la praxis de las palabras, la praxis de los metalenguajes. Una buena teoría es capaz de conmover y de cambiar maneras de pensar y de actuar, debe ser capaz de estremecer el espíritu.
Hacer teoría es un trabajo minucioso, delicado y requiere tanta práctica como cualquier otro trabajo que consideremos del área de las praxis. Y, muy importante, una buena teoría no debe ser dogmática, y muchas veces la gente piensa, erróneamente a mi parecer, que el mundo teórico es naturalmente dogmático. Una buena teoría no puede ser dogmática, porque no puede pretender contener en ella la verdad última, y esto refuerza su carácter dialéctico, su carácter libre y creativo, y su carácter artístico. Una teoría siempre es sobre algo y fue escrita por alguien en un espacio y tiempo determinados, y eso la hace abierta, y también perecedera.
La teoría es otra obra, como el retrato, como la música, como las estructuras arquitectónicas. Al fin y al cabo, la teoría es humana, y por eso es hermosa, admirable y efímera, y por eso me divierte. Me parece que a través de ella puedo quizás al menos tener la intención de retratar la realidad, a los fenómenos, al tiempo, al pensamiento y a la emoción, y creer por un instante que los he poseído y comprendido ¿Y es que acaso no tiene el arte las mismas intenciones grotescas?
Texto escrito originalmente el 16/05/2010
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Muy buen punto de vista, en verdad considero que deberías de postear cosas más seguido, aprendo mucho de lo que he leído en tu blog. Con respecto al tema, no podría estar más de acuerdo, hay quienes eximen la teoría de muchas cosas, por no decir TODO, y pasan de una vez a lo práctico, tenía un amigo que me decía que la teoría es totalmente inútil e incluso "obsoleta" Pues con lo práctico adquieres la experiencia y aprendes más rápido, mi argumento en ese momento fue ¿Qué sería de la práctica sin la teoría? Si no sabes hacer algo ¿Cómo es que lo llevas a la práctica? o mejor aún, no sabiendo cierto tipo de información acerca de . . . Lo que sea, Cómo pretendes aprender a usarlo o aplicarlo. Y he conocido a mucha gente que comete esto que para mi es un soberano sacrilegio.
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