Hace unos días me llegó una pregunta bien interesante a la red Formspring (cosa que usualmente no sucede), y estaba formulada de la siguiente manera:
"¿Qué quitarle y qué ponerle a la educación? ¿Para qué?"
Evidentemente el sistema educativo venezolano merece muchas críticas de índole muy diversa e intenté esbozar algunas en mi respuesta. Pero no dudé en comenzarla afirmando que opino que una de las cosas que debiera desaparecer es la educación religiosa. La educación común, la que es para todos, que depende de la aprobación de un Estado auto-denominado laico, debiera también ser una educación laica.
Educación laica no es educación atea.
El primer punto que debo aclarar es que una educación laica no es necesariamente una educación atea o agnóstica. El laicismo no es una creencia religiosa, sino una postura institucional, que consiste en no alinearse con ninguna religión o creencia, sea catolicismo, cristianismo de cualquier índole, sea islamismo, sean religiones étnicas o sea detracciones de las religiones como el ateísmo en cualquiera de sus formas.
Esto quiere decir, ya a un nivel práctico y académico, que se deben eliminar las materias que promuevan la creencia en cualquier religión o credo. Muchos detractores de esta idea argumentan que sin religión no puede haber una sólida formación ética y moral, sobre todo en los niños. Yo opino que la religión es solo una de las tantas formas de inculcar una moral. No necesariamente se aprende lo que es bueno y lo que no mediante la creencia en una autoridad deísta. Se pueden ver materias como "Moral y ética" o incluso la ya existente "Educación ciudadana" un poco más enriquecida para promover el buen comportamiento cívico, así como el conocimiento de los derechos y deberes, la enseñanza de valores y antivalores, el aprendizaje de modales y el buen trato hacia los demás.
No pretendo especular con esto que los niños queden excluidos de la práctica religiosa.
A la final, el objetivo de esto no es acabar con la religión. Las religiones pueden seguir existiendo tranquilamente, pero llevadas y predicadas por cada una de sus iglesias o parroquias, directamente interactuando con la comunidad. La formación religiosa del niño debe depender de los padres y de las instituciones religiosas a las que ellos decidan llevarlos, como una actividad extra. Un gran error, pienso yo por ejemplo, es que aquí los ritos católicos sean manejados por las escuelas básicas (primera comunión, confirmación, etc.) sin tener en cuenta que quizás no toda la población estudiantil es católica o de padres católicos. Sabemos que la mayor parte de la población, particularmente en Venezuela, lo es, pero no es lo mismo que TODA, y un grupo de niños puede verse excluido de dichas actividades. La exclusión, por muy pequeña que sea, es exclusión, y en la educación primaria debe evitarse por todos los medios.
La obra de la Iglesia Católica en Venezuela.
En nuestro país la educación pública, manejada por el Estado, perdió mucho prestigio en la segunda mitad del siglo XX debido a diversos factores como la desmejora en lo académico, en el mantenimiento de la infraestructura de las instituciones y la creciente inseguridad, por lo cual gran parte de la población busca por todos los medios un instituto privado, por lo cual la oferta se hizo muy variada y hay para todos los estratos sociales.
Una de las obras que no se pueden negar a la Iglesia Católica venezolana, es la gran inversión que han hecho en institutos educativos, muchos de ellos de excelente calidad, en cuanto a la infraestructura y en cuanto al aspecto académico.
Es de esperarse que las autoridades eclesiásticas quieran por lo menos tener la potestad de educar a su estudiantado o futura feligresía en este aspecto. Allí es donde debiera entrar en juego el Estado, al momento de aprobar los programas de estudio. Materias que tengan que ver con la práctica religiosa, debieran ser NO obligatorias y extra-cátedra; así como se hace con actividades del tipo "Infancia Misionera". La decisión la deben tomar los padres del alumno de acuerdo con la formación que quieran dar a su representado en este sentido.
El tiempo académico que se utiliza para estas materias se puede invertir en otras de diversa índole, que sean útiles a los alumnos en general, y que permitan la existencia real de la libertad de culto.
Otros valores nuevos.
El objetivo final de que las instituciones educativas sean realmente laicas, es que en ellas converjan estudiantes de diversos credos y con puntos de vista moralmente disímiles. No cabe duda de que esto representaría un mayor trabajo para los docentes, quienes en sus clases debieran propiciar el debate sano, la convivencia armónica y hacer el papel de árbitros imparciales, sean cuales fueren sus creencias personales. La institución debe dotarse de un código ético no religioso, que sirva de eje para la educación moral del estudiantado.
Es lógico que los padres ateos o agnósticos prefieran una institución laica, pues prefieren (y lo preferiría yo si es que tengo hijos) una educación que no obligue a sus hijos a ser parte de un culto y de rituales que ellos no quieren inculcarles. El padre agnóstico, al igual que el padre católico o musulmán, querrá criar a sus hijos bajo sus valores y creencias, aunque inevitablemente en este sentido es el individuo adulto quien elige definitivamente su camino.
Lo que se busca en última instancia es la co-existencia de muchos credos en la institución educativa, que se conozcan, que dialoguen, sin que la parte inevitablemente autoritaria (los docentes y coordinadores) interfiera agresivamente en la formación moral-cultural del niño. Obviamente se ejercerán influencias entre ellos, como en muchos otros aspectos de la vida, pero ya esto es inevitable.
Con esto se estaría cultivando uno de los valores que consideramos más importantes en la era contemporánea: la tolerancia. La co-existencia del propio pensamiento con otros pensamientos diferentes le familiarizarán con el hecho de que existe la otredad, sin que eso signifique necesariamente una amenaza. Y un derecho fundamental, como lo es la libertad de culto, se cumplirá a plenitud.
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Hola! soy ANA SCHWARZ
ResponderEliminar@anaschwarz
Hola Vanesa, gracias por compartir este excelente Post que está perfectamente bien escrito y documentado.
Todos los conceptos que aquí describes sobre la educación laica y la religiosa son correctos.
Yo agregaría que el grave peligro de la educación religiosa, especialmente la católica que es la que nos ha dominado por siglos en nuestras culturas hispanas, es que el proceso de adoctrinamiento que siguen al educar una ideología, deja sin oportunidad a los infantes de desarrollar un criterio de ideas propias. Desde edades tempranas solo se les desarrolla la capacidad de obedecer sin cuestionar y en las circunstancias actuales de la vida moderna, eso es muy peligroso.
El mundo actual vive en un constante cambio debido a la comunicación y la tecnología digital. Ya no es posible solo creer, hay que dar herramientas a los niñ@s para que desarrollen ideas y aprendan a buscar soluciones reales por sí mismos. Por siglos, los hombres y mujeres adoctrinados, solo esperaban las respuestas del cielo y posteriormente de esos que son sus amos: gobiernos o figuras religiosas.
Esto se contradice absolutamente con las ideas de democracia y participación ciudadana que se requieren hoy en día.
Necesitamos niños y niñas que no amen solo a Dios, sino que se amen a sí mismos, a su próximo y a su comunidad y país.
Mientras la educación religiosa no cambie su sistema y su objetivo principal que es PERPETUARSE en el poder absoluto, su postura y trabajo no será útil a ninguna comunidad.
Gracias por permitirme leer tu post y por pedir mi opinión.
Un saludo desde México...
Muchas gracias por tu comentario, no sólo porque apoyas las ideas fundamentales, sino que haces un gran aporte con tu opinión :-)
ResponderEliminarDebo hacer una importante aclaratoria. En Venezuela la Ley establece que la educación es laica, pero esto se cumple sólo en las instituciones públicas.
ResponderEliminarCreo que el Estado debe tomarse la molestia de extender esta característica a la educación privada, y como mencioné en el post, debe hacerlo al momento de aprobar los programas de estudio, sin importar quién es el dueño de la institución.
Gracias @romrod
Este artículo me parece muy interesante, no había leído sobre este tema en específico, pero debo decir además que me recuerda varias etapas de mi vida. Yo estudié la primaria en un colegio dirigido por religiosas, y la secundaria en uno laico. Y mi opinión es la siguiente: ambos hacen bien a la sociedad y a la educación...
ResponderEliminarPartiendo de mi experiencia personal, la educación católica que recibí no me dejó mucho de la religión como tal, acotando que actualmente soy católica practicante; fue mucho después, ya de adulta, que entendí de qué se trata el catolicismo. Pero en el colegio, básicamente, sólo aprendí a rezar el rosario, recuerdo que se hacía todos los días antes de iniciar la jornada. El gran peso lo tenían las materias que dicta el programa educativo del común de las escuelas. Muchas de las actividades que implicaban lo religioso eran extra cátedra, incluso se realizaban los fines de semana, y la asistencia era opcional.
En cuanto al colegio laico, debo decir que me ayudó a desarrollar todos mis potenciales, era un colegio poco común. Confieso que no era muy exigente en lo académico, pero en la parte humana y de expresión fue excelente, tal vez mi experiencia fue tan grata por mis inclinaciones hacia la rama humanística. De hecho, mi primer trabajo fue en esa institución. En fin, los dos, a mi manera de ver, funcionan bien, mejor para unos que para otros, todo depende mucho del alumno y sus necesidades específicas...
Saliendo de lo personal, considero importante acotar que en Venezuela no sólo hay escuelas católicas, en cuanto a religión se refiere, existen también las cristianas protestantes, y las judías (son las que conozco, aunque seguramente habrán algunas más). Todo esto tiene que ver con la elección de los padres, ellos son quienes decidirán, tienen la libertad de hacerlo. Algunos de ellos, practicantes de alguna religión quizá, inscribirán a sus hijos en escuelas laicas, otros tal vez laicos, inscribirán a sus hijos en escuelas religiosas, todos esos casos se han visto y son perfectamente válidos.
Para ser sincera, a mi me gusta la idea que se plasma en el artículo del "debate" y la diversidad en los colegios, pero ya eso existe en algunos colegios laicos, no veo la necesidad que eliminar la educación religiosa para propiciarlo, creo que en este caso forma parte de la libertad, de que cada quién decida dónde desea educar a sus hijos.
Por otro lado, la educación venezolana tiene muchos problemas de los cuales encargarse y solucionar, todos más importantes que el de "las religiones". Me quedo con la diversidad
Saludos, amiga. Gracias por tu comentario. Tu posición me parece bastante razonable aunque no la comparto del todo y explicaré brevemente por qué.
ResponderEliminarA pesar de que los padres deben ser libres de escoger en qué instituto educativo inscribir a sus hijos, y también las instituciones religiosas están en la plena facultad de fundar institutos (una de sus mejores inversiones); una escuela que sea de una religión específica forzosamente no tendrá variedad religiosa entre los estudiantes. Aunque se fomente la tolerancia y el no juzgar a los demás por sus creencias, en la práctica esa interacción estará un poco limitada o será nula.
Mis clases de religión tampoco tenían gran relevancia en el aspecto académico, pero en el boletín de notas era una materia más que afectaba el promedio, cosa que no debiera suceder. Estoy consciente de que la educación venezolana merece muchas críticas y lo dije al principio del post, espero de tener la oportunidad de escribir algunas otras y poder debatirlas.
Saludos :-)