jueves, 23 de enero de 2014

Una democracia devaluada

Justo hoy, celebramos en Venezuela el Día de la Democracia, aludiendo a la caída de nuestro último régimen dictatorial (¿o eso creemos?), el de Marcos Pérez Jiménez, el 23 de enero de 1958. Justo ayer, se anunció que los dólares "preferenciales", esa tasa de 6,30 bolívares solo existirá para casos específicos, quizás alimentos, quizás medicinas, quizás trámites del mismo gobierno. El dólar para particulares será de 11,30 y además pasaremos al SICAD, quiere decir, estaremos sometidos a una subasta.

Qué pensaría el difunto Hugo de sus sucesores, que a menos de dos años de su partida, han llevado al Bolívar a una fosa increíblemente profunda. No hay duda de que él dejó las bases y el sistema para que el desastre ocurriera, sin embargo, logró contener aquel dólar a 4,30 mientras el negro le llegó a poco menos de 15 bolívares antes que, luego de aquel proceso electoral, él desapareciera.

Febrero de 2013 y nos devaluaron en su ausencia. Al mes siguiente, y sin que él volviese siquiera a aparecer, declaran que ha fallecido. Toman el puesto sus "sucesores designados". El dólar negro llega a superar por 1000% al oficial, cosa que al señor difunto nunca le pasó. Devaluación oficial de 2013 en 56%, cifra que el difunto nunca alcanzó. Hoy nos devalúan casi a la mitad nuestro "fuerte", y el mercado negro sigue desbocado.

No soy economista, pero no hay duda de que algo Maduro está haciendo demasiado mal. Hugo lo hacía mal, pero éste nos está hundiendo de manera insospechada. Y mientras la economía siga mal, lamento decirlo, la violencia seguirá en aumento. ¿Acaso no se da cuenta que su devaluación, que su sistema de subastas, que sus controles y regulaciones, que su ineficiente sistema de seguridad a quien más afectan es al pobre? Y con el pobre y la justicia social como bandera hacen todas sus estrategias de (des)gobierno.

Nuestra democracia hoy está devaluada. Nuestro poder adquisitivo, nuestro acceso a cualquier producto, nuestra moneda, nuestra seguridad, nuestra paz, han sido tan devaluados, que hay gente que ha tenido los cojones de extrañar a Pérez Jiménez. Pero esos son otros locos más. Que no olviden por qué se supone que es feriado nacional el día de hoy.

Hoy seguimos teniendo las urnas electorales, con una desconfianza en ellas que sólo aumenta. Hoy sólo me limito a lamentarme por esta democracia devaluada.

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1 comentario:

  1. Siempre encuentro la gran pregunta... ¿Cómo esperas una explosión social con la mitad del país dopado en políticas de subvención? El estado benefactor, aunque llegue a ser de puro nombre, tiene una maquinaría de lavado de cerebro de extrema mesura. Las grandes quejas provienen de la clase media en proceso de desvanecimiento voluntario por irse al exterior o por, en su presupuesto, dejar de serlo. Lastimosamente, realmente no se requiere calidad en los argumentos sino cantidad de cuerpos. Jamás se logrará una contra-revolución sin la participación de quiénes engrosan la tasa de nacimientos, quiénes tienen 13 hijos por generación y quiénes prefieren no tener nada con dádivas a no tener nada a secas. A pesar de mi visión, donde profeso cierta imposibilidad al cambio, creo que la única esperanza real es que la crisis encuentre fondo y entonces, los que buscan un cambio tengan los números que importan para otro gobierno.

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