lunes, 11 de enero de 2016

El islam y la naturaleza humana

Desde hace algún tiempo estoy leyendo un famoso libro de divulgación científica: La tabla rasa de Steven Pinker. Es un libro largo y que abarca muchísimos aspectos que pueden ser controversiales sobre la naturaleza humana, desde el punto de vista de la psicología evolutiva. No lo he terminado, pero a la luz de los acontecimientos actuales y luego de haber pasado capítulos sobre la violencia, el género y la violación, no me he resistido a escribir este post.

Son muchos los puntos en los que ninguna de las ideologías dominantes sabe leer la psicología humana y pasan por encima de los hechos, y de los resultados que estudios científicos pueden aportar, y por supuesto se hacen las cosas más difíciles.

Un tema candente en la actualidad es el islam, la migración de miles de musulmanes a Europa, y la manera cómo éstos actúan en las tierras en que se les da acogida. Sucesos como el de la revista Charlie Hebdo a principios del año pasado, y las violaciones masivas de Colonia a principios de éste, encienden las alarmas de Occidente sobre sus políticas y nos pone a cuestionarnos qué hacer y cómo actuar, pero para ello, nos pone a intentar comprender, qué rayos pasa en la cabeza de estas personas, ajenas a nuestra cultura, es verdad, pero al fin y al cabo seres humanos como nosotros.

Son muchos los apartados del libro de Pinker que me han hecho pensar en esto. Una de las afirmaciones principales que atraviesa todo el libro, y que está sustentada científicamente por varios estudios y estudiosos, es que entre los seres humanos hay poquísima variabilidad genética, esto quiere decir que entre razas y culturas, nosotros no somos esencialmente muy diferentes, y que, a menos que seas un individuo atípicamente psicópata, a nivel de violencia y sexualidad, en determinadas circunstancias, sobre todo circunstancias sociales, todos los seres humanos podemos ser unos bárbaros.

Esto, como el mismo autor aclara muchas veces, no quiere decir que se pueda educar a alguien para ser esencialmente de determinada manera, sino que estos comportamientos forman parte de nuestro instinto, de nuestro fondo genético, y que la violencia es una constante en absolutamente todas las culturas que han existido en nuestra historia como especie. No quiere decir muchísimo menos que se estén justificando estos comportamientos.

Efectivamente, en el mundo de hoy, la violencia en general se ha logrado reducir, gracias a mecanismos sobre todo de coacción (las fuerzas del Estado, la Ley tal como la conocemos), que se ha demostrado que son lo que mejor funciona. Y aún así, en zonas de alta conflictividad, o urbanamente deprimidas, donde las fuerzas policiales mismas no se atreven a entrar, y la gente toma la sobrevivencia en sus manos; o donde hay condiciones de vida pésimas, o no hay un sistema de Ley que funcione, o incluso las autoridades están infiltradas de corrupción y delincuencia, la violencia será invariablemente mayor.

Acompaño de los siguientes extractos, en forma de imagen: 




Interesante es también el apartado referente a la violación. La violación es un comportamiento universal, y también es universalmente condenado. Sin embargo, ciertas condiciones sociales pueden aumentar su incidencia. En los lugares de conflicto o de guerras, las violaciones aumentan considerablemente, y el mismo autor cita testimonios de soldados occidentales o norteamericanos en zonas de guerra.

Así mismo se puede afirmar que la violación es cosa de hombres, una cuestión que sencillamente tiene que ver con la economía de poder perpetrar los genes; y en general, es un trauma para la mujer, no solo por la violencia implicada en el acto, siempre se considera una ofensa mayor, por cuanto ella pierde autonomía de decisión sobre con quién va a tener relaciones sexuales.

Es pues preocupante la lectura general de los hechos relacionados con la violencia de muchos hombres del Medio Oriente en la actualidad.

Por un lado está la izquierda tolerante, que parece ser el discurso más general, en la estas personas para empezar han sido víctimas de Occidente durante años, y por ello tenemos la responsabilidad de darles acogida en nuestro territorio, además de asegurarles asilo y de paso, darles un salario y techo. Resulta repugnante ver a feministas de izquierda intentando ocultar o minimizar el hecho de las violaciones masivas, entrando en total contradicción con lo que pregonan.

Por otro lado está el discurso de derecha, que siempre pretende reducir todo al hecho de que el islam es una cultura de guerra, y que los creyentes de Alá son personas irrecuperables, pues se les educa en esa violencia, su religión pregona esa violencia, y todo se reduce a eso, en contraste con nuestros valores cristianos de Occidente; y por eso la civilización musulmana nunca llegaría al estadio de la nuestra, y están condenados a ese comportamiento.

La razón que tienen ambos bandos es parcial. En primer lugar, y como expuse al principio, la violencia es una constante en todas las culturas humanas. El islam puede ser una cultura preocupante, no por ser islam, sino por el estadio en que se encuentran actualmente gran parte de los países musulmanes. Son zonas de conflicto, gobernadas muchas por déspotas, o peor aún, por grupos terroristas, y de paso con un nulo nivel de secularidad y de estado de derecho.

En cuanto a la secularidad diré que una religión es peligrosa en la medida en que se pretende aplicar al pie de la letra desde las instituciones políticas. Particularmente pienso, que todas las religiones tienen el mismo alto componente de irracionalidad y etnocentrismo, y por tanto, capacidad para desencadenar espirales de violencia. Sólo que los terroristas del islam son los que cometen más crímenes en el mundo de hoy.

Todas las culturas humanas son etnocéntricas, pero más etnocentrismo no nos hace precisamente más avanzados, como algunos sectores de la derecha pretenden hacer ver actualmente. Al contrario, mientras la humanidad ha ido progresando, nuestro círculo moral se ha ido expandiendo. Esto no quiere decir que tengamos que ser tolerantes con cualquier premisa moral, al contrario, cuanquier cosa que atente contra ese progreso debe ser tratada con recelo y sin relativismos morales o culturales. 

Sin embargo, la actuación de los grupos terroristas islámicos, sí amerita una actuación violenta, lamentablemente, porque no hay otro modo de hacer contrapeso. Sí pueden haber mecanismos de mediación o negociación, pero esto es solo posible si se demuestra que podemos defendernos ante ellos. Sino sólo habrá más masacre de su parte.

Estas mismas variables inciden en el comportamiento sexual que se acerca más a lo primitivo. Una violación en grupo es algo que ocurre con mucha más facilidad si hay un conflicto alrededor, si las víctimas representan un enemigo étnico (¿ven por qué más etnocentrismo no es mejor?), y aún más, si los perpetradores se sienten protegidos por su condición, como está ocurriendo con los refugiados en Europa. Que muchos no son refugiados. O sí lo son, pero se sienten con el derecho de actuar como les place, y actúan con la mente de alguien que viene de una zona de guerra, de una religión férreamente conservadora y de una sociedad con derechos mucho más atrasados que los nuestros.

Lo que quiero concluir con esta exposición es que culpar al islam como religión por la violencia no es una lectura acertada, y no contribuye a entender los conflictos y comportamientos. Y que tampoco ser unos tontos tolerantes, que piensan que todo acto puede ser respetado "porque esa es su cultura", porque de hecho, parto de la misma premisa, esto poco tiene que ver con la cultura.

Mucha de la gente que viene de estas zonas debe preocuparnos tal vez más por la clase de entorno y  de civilización del que vienen y en la que desarrollan comportamientos que para ellos son normales, como el castigo por blasfemia (¿qué los cristianos no hacían lo mismo algunos siglos atrás?), las violaciones, el trato degradante hacia la mujer, el vandalismo, la matanza por causas ideológicas y religiosas, etc.

Ellos al fin y al cabo, son humanos como nosotros, y sí, hay una guerra desatada en este momento, tenemos que admitirlo. Y digo esto, porque tal vez es sólo leyéndolos como humanos, y no como el islam, como la otredad, es que podríamos tener una compresión mejor del fenómeno. 

Y también aprenderíamos de una vez por todas, que en el seno de nuestra sociedad Occidental, también pueden surgir grupos radicales, bajo una confluencia de factores que despierte lo peor de nosotros como humanos. Y estudiar bien qué cosas pueden ser, para evitar que ocurra. (¿Que no tenemos muchos ejemplos de ideologías políticas radicales y hasta genocidios?)

Tal vez existan nuevos estudios que ignoro y que den luz sobre esto. Al fin y al cabo, me estoy basando en un sólo texto, eso sí, amplio y bien fundamentado. De conocer nuevas referencias, agradezco sus citas, enlaces y aclaratorias.

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3 comentarios:

  1. Creo que hay algunas cosas que deberias conocer https://carmesi.wordpress.com/2014/10/17/culturas-de-la-verguenza-culturas-de-la-culpa/
    Y tambienla falacia de Lewontin sobre las razas:
    http://es.metapedia.org/wiki/Falacia_de_Lewontin

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    Respuestas
    1. Saludos. Todo un honor encontrarme con un comentario suyo en mi blog, respeto mucho su trabajo. Creo que este post para mi es un poco atrevido, pues está evidentemente fuera de mi especialidad, y solo me estoy valiendo de lecturas. A veces hace falta la experiencia.

      No creo que Pinker incurra en la falacia de Lewontin, al menos, dice que sí hay diferencias entre las razas, pero que no hace esto que unas sean superiores que otras (que no he dicho que se esté sugiriendo). Sin embargo siempre habla de que las actuaciones de violencia son esencialmente iguales en todas las razas y culturas. ¿Constituye esto una simplificación?

      Me llamó la atención el párrafo del segundo enlace que dice:

      "En todas las culturas existen inhibiciones intrapsíquicas sobre las conductas desviadas. En nuestra cultura occidental existen dos mecanismos que operan en paralelo para evitar estas conductas, uno es la empatía (el temor a hacer daño) y otro es la culpa. Mediante estos mecanismos los individuos comunes permanecemos alejados de la “desviación” y por asi decir no hacemos daño a los otros. Sin embargo esta internalización de emociones no es algo universal. En otras culturas la emoción inhibidora mas frecuente es la vergüenza (mundo antiguo clásico y mundo árabe), el honor (mundo medieval y nipón) o el control social de la comunidad o los chismes."

      ¿Tiene que ver esto con la evolución misma de cada civilización? ¿Cree que a través del tiempo los mecanismos de inhibición en cada cultura o raza?

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  2. Claro, nosotros los europeos procedemos de una civilización católica por tanto la culpa es uno de los inhibidores mas importantes con los que contamos para evitar la transgresión. En las culturas etnocentricas y sobre todo las desértico-pastorales es la vergüenza . No es lo mismo una cultura fluvial con recursos que una desértica con recursos dispersos que una agrícola
    con sobrantes de recursos. Cada raza se ha adaptado a un nicho ecológico propio.
    No se si Pinker cree o es un negacionista de las razas, pero lo que si es cierto es que los negacionistas caen en la falacia moral cuando dicen que no es conveniente creer en las razas para alejarnos del racismo o la creencia que unas son superiores a otras.
    Lo cierto es que las razas existen, qué hagamos con eso e otra cuestión. Pero no podemos refugiarnos en la idea de que "Es bueno que sea así, luego es así".

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