jueves, 21 de agosto de 2014

In memoriam

Divagar alrededor de la muerte a veces parece un ejercicio inútil. Y nada más filoso e inapropiado que la palabra al momento de una emoción indescriptible. Sin embargo, ella nos aproxima, y con nuestro pensamiento, no encontramos mejor manera de expresar lo que se puede poco.

Esta semana he perdido a una persona cercana, y de un modo totalmente inesperado. Una enfermedad devastó a la tía más sonriente que tuve, en cuestión de meses, aún siendo relativamente joven.

Fue una persona alegre, guerrera, de altos ánimos, a la que quizás tenía más cosas que agradecer que las que alguna vez le dije, porque hasta el cobijo de una casa nos dio cuando lo necesitamos; fue nuestro apoyo, y de muchos, en momentos difíciles.

Uno siente lo que sea, que fue pronto, que no debía ser su turno, mil cosas que poco vale la pena pensar. Sin duda, lo que importa es lo que hacemos con nuestras vidas, y ella nos deja recuerdos de momentos maravillosos y dádivas en mil aspectos que siempre tendremos presentes. Siempre llenó de luz a quienes compartían con ella.

Qué difícil se nos hace hoy tu ausencia. Gracias, tía, con esa sonrisa de siempre es que te tendremos amarrada en la mente y el corazón.

L.M.C.G 1958 - 2014

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