miércoles, 7 de septiembre de 2011

3. Uno que sea un placer culposo.


En realidad mi placer culposo no es Tótem y tabú, es quizás toda la obra de Sigmund Freud.

El primer libro que leí de este tipo (considerado por mi persona un genio) fue El malestar en la cultura, y de ahí en adelante exploré en otros de sus textos, incluyendo este; y además me inmiscuí en un área que no he visto nombrar a muchos, el psicoanálisis marxista. Pero ya eso es harina de otro costal.

Pero si me gusta tanto, ¿por qué es culposo? Freud para mi (y para mucha gente) era un tipo muy inteligente, pero muy poco objetivo a la hora de hacer sus estudios de la mente humana. Tampoco es que en esa época se dispusiera de muchos recursos. Pero con sus teorías revolucionó las visiones de la mente, sobre todo el estudio de las obsesiones, las neurosis, el análisis de los sueños y la inclusión del fenómeno del inconsciente. El psicoanálisis no se puede obviar en la historicidad de la psicología moderna, aunque muchos pretendan hoy en día tildarlo hasta de fraude o de seudociencia.

Pero en este libro sobre todo, Freud comete uno de sus errores más garrafales: contraponer el comportamiento de la mente al comportamiento de las sociedades. Jugó a ser antropólogo, y a intentar explicar el origen de las religiones (tótem) y de la moral (tabú) por medio de los comportamientos neuróticos, el terror a la endogamia, el complejo de Edipo y toda una gama de pulsiones psicológicas-sexuales. Sin embargo, sus postulaciones son tan geniales que su lectura no puede menos que ser exquisita, aunque finalmente no pueda demostrarse que sus teorías sean ciertas. Sin embargo, recuérdese que en la época en que vivió Freud, la antropología no era una ciencia bien establecida, apenas empezaban a surgir sus primeros esbozos.

Quizás la idea que considero más alocada de este libro es la de la "horda fundamental", por medio de la cual Freud sitúa el origen de la ambivalencia hacia el tótem, en la ambivalencia hacia el padre. Según él, existió una horda originaria en la cual todos los machos aniquilaron al padre porque le odiaban por su poder, y se lo comieron; pero luego se sintieron culpables, pues al mismo tiempo, lo amaban. De ahí se originarían todos los ritos de sacrificios animales (en los cuales se mata, y a la vez se festeja y se llora la muerte del animal), e incluso dice que ese es el origen inconsciente de rituales más modernos y sofisticados como la comunión cristiana.

Yo me leo este libro como un gran ensayo de antropología filosófica. Y vaya que es bueno.

30 libros: http://treintalibros.blogspot.com/

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1 comentario:

  1. Me siento un poco impedido para comentar aquí con propiedad, para empezar no he leído ninguna de las obras del Señor Freud y aparte la psicología y la psiquiatría no son los campos que más me llaman la atención. Por las pocas cosas que he leído si era muy inteligente, un genio de hecho. Sin embargo hace algún tiempo tuve la oportunidad de ver la última parte de un documental de la vida del citado en the biography channel, cuando terminó el programa, y vuelvo a resaltar que no lo ví completo, me pasó algo parecido a lo que me sucede con Einstein, aunque me maravilla su intelecto me espanta su conducta. A lo mejor sea por la visión holista que se impuso en toda mi educación militar, no concibo que personas de este tipo lleven una vida tan desequilibrada al mismo tiempo que son tan geniales.

    Romer Nava.

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