lunes, 19 de enero de 2015

"Colaboracionistas"

En Venezuela estamos inmersos en un sistema viciado, en una economía viciada. La economía lo permea todo, todas las actividades cotidianas que llevamos a cabo todos los que vivimos en este pedazo de tierra, administrado por un montón de inútiles, o eso parece.

He visto en los últimos días una tendencia en las redes, de culpar al ciudadano por ser colaborador de este sistema económico. Que si tú haces la cola, que si igual andas esperando nada más a que te activen el cupo electrónico, que si revendes los productos de la cesta básica, que si trabajas para el gobierno, etc.

Es imposible no formar parte de este círculo vicioso que es nuestra economía llena de controles. No hay libertad de mercado, no hay divisas disponibles, los productos no se consiguen, porque para empezar aquí en el país no se produce prácticamente nada, y para importar volvemos a lo de las divisas, sí, los controles y para colmo una inflación desbocada. Consecuencia de todo esto, no hay mercado laboral para los venezolanos, y el gobierno, directa o indirectamente, acapara todos los procesos.

Pero el control total es imposible. Y sin trabajo, sin disponibilidad de productos ni divisas, con unos billetes que no valen nada, la gente va a buscar la manera de sobrevivir.

Sobrevivir implica buscar la comida. No hay comida. No hay muchas cosas: productos de higiene, pañales, medicinas... Pero son urgentemente necesarios. ¿Vas a culpar a la señora que va y hace la cola por los pañales y la leche para sus hijos? ¿Vas a culpar al que hace la cola para poder conseguir pollo?

Sobrevivir implica conseguir los reales. No hay trabajo. ¿Vas a decirle a alguien que no acepte una oferta posible porque le paga el gobierno? ¿O que no se cale la cola por ti para comprar los productos y te cobre algo a cambio de eso? De más está decir que quien trabaja para el gobierno trabaja en realidad para ti, para todos, piensa que al menos ese salario se lo está ganando un ciudadano y no se lo está robando ningún funcionario. El problema es qué ponen a producir a ese empleado, ¿propaganda?, ¿calentar la silla?, ¿nada? Ahí viene la cuestión.

El problema aquí es que el capitalismo continúa, porque el mercado continúa, y no puede ser de otra manera. Ojo, el problema no es el mercado ni el capitalismo, sino que no se admite que igual éste va a seguir funcionando. Los controles no son más que una absurda ilusión, que tiene toda mierda distorsionada, y hace todos los procesos innecesariamente difíciles.

¿Y cómo se manifiesta la dificultad de esos procesos? Hambre, desidia, miseria, humillación...

Pero no le diga al ciudadano que no continúe con el ciclo económico, o ¿es que Ud, que se jacta de no calarse ni una cola no se traslada todos los días en su carro o en el trasporte con la gasolina más subsidiada del planeta? ¿O es que Ud. que se jacta de no usar ni un solo dólar de su tarjeta de crédito no ha comprado divisas al mercado paralelo jamás, o al menos subastado en los sistemas Sicad?

Nadie se salva de participar en esto. Yo particularmente no hago ni una cola, no me he inscrito en una captahuella, no me callo por ser empleada pública... pero, ¿y si algún día tengo la necesidad? Eso: la necesidad.

Es en nosotros que está la respuesta: acusar a este gobierno de lo que es, un corrupto que nos hace la vida innecesariamente difícil y precaria, y que con sus sistemas y controles no hacen más que llenarse los bolsillos, con valores paralelos, mercados negros, tráfico de mercancías, etc.

Puede acusar a la gente de pasividad, de facilismo, pero cuidado, que en este peo estamos todos bien metidos.



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