miércoles, 10 de septiembre de 2014

¿Ser optimista en Venezuela?

Últimamente está muy de moda eso de ser optimista. Libros de autoayuda, orientalismos adaptados, fitspiration, memes de felicidad y agradecimiento, etc. Yo no digo que la gente tiene que vivir deprimida ni nada por el estilo, pero toda esta onda de optimismo porque sí, a veces me parece sospechosa. No es que anden tramando algo, pero no todo es positivo en todo este optimismo.

Creo un poco en el hecho de que el optimismo crónico es malo para la razón. Ver todo bonito tiene sus pro y sus contra, obviando el hecho de que de vez en cuando (¿por qué no?) amanezcamos con ese mood. Sin duda hay gente que necesita mensajes de aliento en la vida, todos los necesitamos de vez en cuando, ver el lado bueno de las cosas, sonreír ante la adversidad... Pero un exceso de esto puede hacer que perdamos un poco el sentido crítico, y que exageremos de hecho "el lado bueno" de las cosas, o que incluso lo rebusquemos.

En Venezuela vivimos una situación muy particular de tensión. Una tensión psicológica constante, que hablando de un modo resumido se debe a que no tenemos seguridad de cubrir nuestras necesidades básicas (alimentación, vivienda, transporte, seguridad, etc.), y esto en líneas generales, atravesando todos los estratos sociales (menos los ricos, claro está). Aunemos a esto la tensión política constante, no importa a qué bando pertenezcamos.

La situación política y económica que vivimos trae un sinfín de frustraciones personales, tanto a jóvenes como a viejos. Estamos viviendo incluso un éxodo sin precedentes, y emigremos o no, vemos emigrar a otros, y quienes no tenemos cierta estabilidad enfrentamos todas las mañanas el maldito dilema: "¿será que lo mejor es largarme de aquí?, pero no quiero, pero es supuestamente lo mejor, pero es tan difícil..." Todo esto reforzado por las vivencias cotidianas, esa ciudad sucia, ese transporte que no sirve, esas colas en cada bomba, en cada supermercado, ese "no hay" cada vez que buscamos algo, un alimento, una medicina, etc.

Y no se puede tapar el sol con un dedo.

Cuando veo esos mensajes optimistas por aquí y por allá, muchas veces me resultan vomitivos. Me parece que se pretende ignorar una realidad que ya no se oculta en ninguna parte. Los gurúes del optimismo por lo general llevan una buena vida (que no les reprocho, y que no dudo que sudaron por conseguir), pero es imposible sentirme identificada con ellos. Por otro lado, muchos de quienes les siguen se ocultan tras este "positivismo", tras ese "la vida es bella" todos los días, mientras muchos pierden la vida afuera, y me parece, por lo menos, hipócrita.

A veces uno parece un pesimista crónico en esta realidad, pero es que no hay de otra, a menos que uno se haga la vista gorda con lo que pasa todos los días en las calles. Aparte de todo, muchos de estos mensajes están acompañados del elemento religioso, ese que no pongo en duda que nos ciega como individuos.

A lo mejor soy muy cruel, a lo mejor debo considerar esta onda optimística como una terapia para nosotros, pero lo siento, a mi no me funciona.
Dave's Domain / Foter / CC BY-NC-ND

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...