sábado, 1 de octubre de 2011

12. Una biografía.

"El Príncipe es el símbolo de aquello que no puede nombrarse, porque no es; mas su presencia parece desvanecerse ante la afirmación única, cada vez más insoportable, a medida que avanzan los años: la afirmación de que el transcurrir de la vida quiere decir tan sólo que el final se acerca y que la muerte, que ya en la Revelación se asimilaba de una manera más o menos esencial al Príncipe de las Tinieblas, del no ser, es el único lugar a donde puede acceder el artista, el poeta; pues éste, por la misma razón de su ser, obliga al no ser a venir a ser. Pero la muerte no es; la pérdida de mi ser sólo la puedo experimentar yo (y al aceptarlo dejo de experimentarlo): la muerte sólo es experiencia para los demás, para los supervivientes. Así, el poeta, el artista, abre paso a la apertura de la conciencia de los demás con su obra, pero la esencia del morir de ésta le está vedada, y su comprensión del ser de su morir se le escapa asimismo por su esencial imposibilidad. Con ello se le hace inasequible la esencia de su obra; sólo puede entregarla a los demás, y su obra sólo en ellos se consuma: aquí radica la profunda tristeza del artista y su angustia insoportable, a la cual siempre se halla asido por la imposibilidad de asir el «otro lado», el más allá del final de su tiempo."


Josep Soler
Prólogo al libro Mahler  de Theodor Adorno
Ediciones Península



Lo más cercano que he leído comenzado a leer a una biografía, es este libro. Lo compré más por su autor que por el referido maestro. Pero lo dejé ahí mismo, por considerar insensato leerlo sin conocer más la música de Gustav Mahler. 

Les dejo un fragmento del prólogo, porque me pareció bastante estremecedor.






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