sábado, 15 de octubre de 2011

El deporte es... ¿malo?

Este post es una opinión personal sobre un artículo que recientemente fue publicado en la BBC, escrito por Dominic Hobson. Yo respeto la opinión del señor y aunque tiene razón en muchas de las cosas que plantea, creo que muchos de los fundamentos de su afirmación, son al menos criticables.

En primer lugar el titular me parece inadecuado, por ser inadecuado tildar con juicios morales cualquier actividad humana, mas aún si dicha actividad en su esencia no menoscaba los derechos de nadie ni rompe con códigos éticos. Decir "el deporte es malo" es como decir "la música es mala" o "la ciencia es mala", cuando dichas actividades o conocimientos no tienen implicaciones éticas a menos que "se las utilice para...". Entonces se puede decir que se las está utilizando "para el bien" o "para el mal", siempre desde el punto de vista de algún código moral específico, claro está.

Autor: Googie Man
El artículo comienza con una mala experiencia, en la que su hijo perdió en un juego, y salió decepcionado por haber quedado mal ante él mismo, ante su equipo y ante su padre. Esta en verdad puede ser una experiencia "odiosa" como dice él. Pero el fracaso no es algo propio del deporte. Es algo propio de cualquier actividad competitiva, o sea... ¡casi todo!

Perder no es malo. Es más, como dicen por ahí, hay que saber perder. Porque en esta vida son más las que se pierden que las que se ganan, ya lo expuse en un post reciente. Es más, a veces el que más gana es "peor persona", porque se vuelve vanidoso y orgulloso, aunque sé que no son todos los casos. Si fuera por todos los fracasos, ya yo no haría kungfu, ni tocaría piano, ni escribiría más en este blog. Porque siempre he tenido por alguna u otra razón que compararme-con-el-otro, y de eso casi nunca he salido airosa. Pero aunque por ejemplo, nunca quedo entre los mejores en las competencias de kungfu, he ganado muchas cosas. Sí, he ganado: fortaleza, disciplina, fuerza, flexibilidad, capacidad aeróbica, reflejos, capacidad de concentración, memoria, coordinación, además de buenos compañeros. Sea lo que sea que realicemos, ganemos o perdamos, la mayor y verdadera ganacia siempre es el aprendizaje. Tener nuevos conocimientos, habilidades y herramientas en esta vida.

Otro problema desde el punto de vista de la persona, es el trabajo en equipo. Bueno, pero del trabajo en equipo siempre tenemos de qué quejarnos ¿no? Y lamentablemente muchos deportes se juegan en equipo. Bien sabemos que siempre hay desigualdades entre quienes conformen ese equipo, y que unos tendrán más experiencia que otros, o tendrán mejores habilidades que otros, y que el resultado final, es responsabilidad del equipo, sea que fuere la culpa de "una mala jugada de alguien-específico". Pero los desaires y señalamientos siempre ocurren, trátese de deporte o no. Saber trabajar en equipo es algo que se debe aprender, pues tendremos que afrontar dicha situación en muchos lugares, no solamente en una cancha.

El señor luego nos dice que el deporte es como la guerra, pero sin tiros. Que el deporte está ligado "al odio, a la envidia, la fanfarronería, el desprecio a las reglas y el placer sádico de presenciar escenas violentas", escribió, citando a Orwell. El odio, la envidia y la fanfarronería están presentes en cualquier competencia. La competencia laboral, un concurso de arte o lo que sea. Han habido casos incluso dentro de la ciencia, en que unos se descalifican a otros, siendo que ellos realizan la actividad "más racional". Esto tiene que ver con el espíritu competitivo, no con el deporte. Por lo general, el objetivo del deporte organizado es competir. Pues todo esto surgirá, como humano que es. Pero la demostración de estos sentimientos está penado por los códigos deportivos. De hecho, insultar al oponente o provocarlo deliberadamente, es considerado "anti-deportivo", aunque sabemos que con mucha frecuencia se darán estas situaciones.

Autor: Flickr user "Totoro!"
Hay deportes que incluyen una dosis considerable de violencia. Por ejemplo el fútbol americano, el rugby o cualquier deporte de combate (boxeo, artes marciales, etc.) No creo que esto sea "malo", porque quienes llevan a cabo dichas actividades son totalmente voluntarios y han entrenado para enfrentarse a ello. Aparte de esto, se supone que el juego se lleva hasta donde sea "sano" para el atleta, aunque las consecuencias a largo plazo siempre se hacen notar. Ahora, ¿es malo que alguien quiera ver estos deportes? ¿Es malo porque alimenta nuestro "sadismo"? No lo creo. Al menos no he visto referencias a que esto tenga incidencias negativas en el comportamiento o en los valores de la gente.

Luego nos hace referencia que por muy grande que pueda ser la experiencia estética en el deporte, es la competencia lo que acaba prevaleciendo: "en el deporte, son los puntos, no la poesía, lo que cuenta". Esto es bastante cierto. Pero hay deportes en los que la estética es el fin, y no el resultado de jugar bien. Por ejemplo la gimnasia, el patinaje artístico o el nado sincronizado. Sin embargo a la hora de ser evaluados se tienen en cuenta criterios técnicos y no solo estéticos. Según el autor esto hace que en la arena no entren ningunos valores en juego, que el deporte sea "moralmente vacío" (así lo escribió literalmente). Pues yo reitero mi posición inicial, si es moralmente vacío, entonces es a-moral, y no in-moral. No es lo mismo.

Que los grandes festivales deportivos sean "festivales de hipocresía y ambición" tampoco es culpa del deporte. Una cosa es "el deporte" y otra muy diferente es "la industria del deporte". Estos festivales son organizados por instituciones inmensas y mueven cantidades increíbles de dinero. La institucionalidad humana está corrompida por todas partes. Una reunión de la ONU o un desfile del Papa, también pueden ser "festivales de hipocresía y ambición". Todo, cuando se contamina de poder y dinero, se vuelve corrupto. No conozco ningún caso en el que ocurra lo contrario. Y esto lo denuncian incluso los aficionados al deporte.


El comportamiento de los competidores respecto a los árbitros es natural: los árbitros son jueces. Muchas actividades humanas requieren que haya jueces, y los juzgados, si no son favorecidos, arremeten contra ellos. Así es en todo. Y la imparcialidad de los jueces casi nunca será la esperada. Siempre ocurre, no sólo en el deporte.

Sobre la parte del "pan y circo" le doy la razón de que el deporte constituye una distracción de masas. Pero no creo que esto sea intrínseco del deporte. Es intrínseco del espectáculo que se monta alrededor de él y que es llevado a cabo por las instituciones corrompidas de las que hablaba anteriormente. Igualmente, el comportamiento frenético y descalificador del fanático no es cosa del deporte. Es cosa del fanatismo. Cualquier fanatismo es malo, señor. Malo en el sentido de que hace actuar salvaje e irracionalmente, y de que hace a la persona dependiente a nivel psicológico y emocional del objeto de su fanatismo. Pero yo me entretengo viendo deportes, ahora no soy fanática, no insulto a los fanáticos del equipo contrario, ni me muero si no veo el juego. Además, para las actitudes violentas hay que tener en cuenta el comportamiento de multitudes. Es bien sabido que una persona es capaz de hacer cosas que normalmente son inimaginables para sí misma, solo por el hecho de estar apoyado o de seguir el comportamiento de la multitud. Y esto no es sólo en los deportes.

Diré como conclusión que lo más importante es no confundir "deporte" con "cosas que se construyen alrededor del deporte" o "cosas que suceden alrededor del deporte", sin tener en cuenta la complejidad de los fenómenos o de los comportamientos.  La experiencia deportiva puede ser muy satisfactoria, tanto desde el punto de vista de quien practica, como desde el punto de vista del espectador. También puede ser muy destructiva. Hay muchas cosas que podrían descalificarse si las juzgamos desde lo que se construye alrededor de ellas. Tampoco creo que el deporte nos haga "mejores" o "peores", simplemente quien lo practica, gana en aprendizaje, como mencioné.

Y lo expuesto lo he dicho en un lenguaje somero. Creo que el deporte es un fenómeno humano riquísimo, que en una aproximación antropológica daría mucha tela que cortar.

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