domingo, 23 de noviembre de 2014

Una protesta, una feria del libro y una triste demostración de "cultura"

Empecemos diciendo que no soy de Caracas. Vivo en Maracaibo, pero evidentemente soy venezolana. Quiero decir con esto que lo que percibí de los hechos de esta tarde, lo hice de manera lejana e indirecta. Sin embargo, no creo que esto imposibilite manifestar mi opinión sobre ciertas cosas que pude apreciar a través de las redes sociales sobre todo.

No vengo a hablar del hecho como tal. Lo que pude saber, por noticias y testimonios, es que hoy se celebraba el cierre del Festilectura 2014, una feria de libros que se realiza en Caracas y que la misma estaba teniendo lugar en la Plaza Altamira, habiendo tenido hoy más concurrencia que los anteriores días, según algunos testigos.

En la zona, cerca de horas del mediodía, se conglomeró un pequeño grupo de jóvenes a protestar. Parece que las actividades de protesta no fueron muchas ni muy contundentes, hicieron cadenas humanas, trancaron una avenida que daba paso a la Plaza, y por lo tanto, al evento, y al parecer, algunos cuerpos de seguridad aparecieron, sin llegar a enfrentamientos. Debido a la atmósfera que estaba habiendo en el lugar, los organizadores del Festilectura decidieron cerrar el evento por seguridad.

Aclaremos: los manifestantes supuestamente manifestaban en memoria de los estudiantes caídos en las protestas de febrero. Sea quien sea que organizó esta manifestación, fue bastante escueta y fracasada, y estorbó en un importante evento cultural: vamos bien. Sin embargo, protestar en un evento cultural, con afluencia de gente no es del todo descabellado: se busca visibilidad. Así mismo, la Plaza Altamira es un lugar según tengo entendido, relativamente seguro en la capital, y un punto ya prácticamente obligatorio en las manifestaciones opositoras.

Lo lamentable de todo esto, no fue que la protesta tuviera poco impacto y sentido, ni que el Festilectura cerrara parcialmente (al par de horas algunos stands reabrieron, pero muchas actividades se suspendieron); sino la demostración que dieron los "amantes de la cultura y de los libros" en las redes sociales.

Los muchachos que manifestaban fueron calificados de guarimberos (sí, la palabra favorita del gobierno), oscurantistas, brutos y bárbaros, poco estudiados, iletrados, y un vergonzoso etcétera., por el hecho de haber "provocado" el cierre del festival (cosa que ellos no pedían, fue una consecuencia indirecta; se puede decir que fue una torpeza).

Una cantidad de personalidades (escritores, autores, articulistas, dueños de medios, blogueros de renombre de la escena venezolana), no dudaron en ridiculizar la acción y adelantar toda clase de conclusiones sobre la "poca cultura" de los niños enmascarados, por haberles interrumpido su festival.

Y cómo me decepcionaron, señores, porque yo sigo a muchos de ustedes. Yo soy una persona mucho más inclinada al pensamiento y la reflexión que a la acción. Yo soy una asidua lectora, soy escéptica y crítica, y me encantan los pocos espacios culturales de los que gozamos, pero eso no me hace mejor que nadie, ni me da las facultades de andar llamando "bruto" a alguien por una acción que me haya afectado, menos aún tratándose de una protesta en un país que atraviesa una situación tan crítica como la nuestra.

En Venezuela, ser un "letrado", más aún, tener una buena educación, es un lujo, como para que vengan nuestros escritores, con ese aire de divismo, a darles todo tipo de descalificaciones a estos muchachos por una simple manifestación, torpe, pero manifestación al fin.

En verdad no se debe andar actuando con poca cabeza, pero el descontento es fuerte, y últimamente nadie ha estado dispuesto o ha logrado capitalizarlo efectivamente. La espontaneidad, la improvisación son cosas que tarde o temprano pasarán.

El pensamiento sin acción no sirve de nada. Y de hecho, creo que en general, quienes llevan a cabo las dos cosas son gente diferente, debe procurarse una articulación efectiva entre las ideas y lo que se hará al respecto de la situación que vivimos. Hoy fue lamentable que mucha gente presentara la cultura y la protesta como dos cosas incompatibles, cuando definitivamente no lo son.

Les dejo con algunas de las opiniones que personalmente no secundo.






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7 comentarios:

  1. Yo estuve hoy en la protesta tomando fotografías desde que salió desde la Plaza Brión de Chacaito, hasta el final en la Plaza Francia de Altamira. Quizás pueda resultar de utilidad esta información relacionada con lo que vi en el sitio. En especial ahora que he visto con cierta sorpresa las palabras "saboteo" y "cierre" en las redes sociales.

    Lo principal, y más importante, es que las medidas de cierre parcial que se tomaron en el evento fueron llevadas a cabo exclusivamente por prevención. En ningún momento los protestantes entraron a la plaza dónde se desarrollaba el evento. Más bien se mantuvieron todo el rato en una encrucijada adyacente a la esquina suroeste de la plaza intentando bloquear el tráfico de forma alternada entre el par de las avenidas que cruzan ese punto. Por otro lado, yo dudo seriamente que el acceso al evento se haya visto entorpecido por esta protesta tan pequeña que a dura penas lograba bloquear el tráfico, pues la zona cuenta con muchos accesos que permanecieron abiertos durante todo el rato; los caraqueños saben lo fácil y rápido que es llegar a la plaza desde las famosas Cota Mil (Av. Boyacá) y la Autopista Francisco Fajardo.

    Esos fueron hechos. Ahora, es mi opinión que lo que se vio hoy en todos esos tweets rechazando la protesta es parte de una conducta que ya me resulta en extremo familiar: muchos están dispuestos a apoyar protestas siempre y cuando no sean cerca de sus casas, no entorpezca el tráfico por dónde conduce, ni invada demasiado sus sitios de esparcimiento; viva la protesta, "pero de lejito". Me parece también muy desafortunado que muchas de las personas muy ligadas a la organización y a la exposición de contenidos en la feria se sumaran a esta actitud, pues de no darse un cambio político, quizás en mediano o largo plazo ya no puedan publicarse precisamente estos contenidos como los exhibidos en esa feria; no sería el primer ejemplo de la historia donde se controle lo que los ciudadanos leen. Pero esa es solo mi opinión.

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    1. Exacto, la gente quiere protestas cómodas que no llamen la atención ni ofendan, y que no impacten, todo suavecito y lejos.

      Gracias por la información.

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  2. Muy buena información, Carlos, gracias por compartirla :)

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  3. Estaba yo comprando un fascinante libro sobre los heroes de las protestas estudiantiles de febrero en venezuela cuando de repente aparecieron unos guarimberos a comenzar su orgia de anticultura.

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  4. ¿Hubo o no hubo afectación de la feria debido a la protesta? Después de una semana de convivencia de los dos eventos en la plaza (había puestos de libros y había un gran espacio en memoria de las protestas) ¿por qué afectar el cierre de la actividad con otra?

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    1. Creo que la protesta afectó al evento, y creo que fue una torpeza (lo dije), y también creo que la protesta fue algo inútil (también lo dije).

      Lo que de verdad me sorprendió fue la gala de comentarios, entre los cuales el tuyo es uno de los más suaves, de hecho. No había necesidad de adelantarse al "nivel intelectual" de quienes manifestaron, por muy inútil que fuera.

      Lo que me faltó acá fue la contraparte ridícula: los "patriotas" tuiteros burlándose de los "nerds y su feria del libro". Pero es que esos tienen ya años sueltos en la red y se burlan de quien sea por defender las protestas "heroicas".

      Saludos, Luis :)

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  5. Es normal que haya protestas, y es lógico que afecten directa o indirectamente otros eventos.

    Pienso que es mas preocupante que la gente acepte con sumisión la crisis.

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