lunes, 16 de enero de 2012

En lo que creo

Estoy un poco cansada de leer por aquí y por allá una justificación del ateísmo desde la racionalidad. La racionalidad es buena, no digo que no. Probablemente mi alejamiento de los seres supremos comenzó con algo de eso, con algo de "falta de evidencia" o cosas por el estilo. Pero la verdad es que cuando descarté dentro de mi mente a la estructura "dios" dentro del universo, surgió un pensamiento diferente, que no sólo ha hecho que las cosas parezcan más lógicas, o que mi modo de actuar sea auténticamente más ético, sino que he logrado desvelar a través de los enigmas y de las búsquedas de respuestas un mundo absolutamente más hermoso, y mucho más creíble, y esto es lo que procuraré, de un modo muy breve, explicar. Tengan en cuenta que esto ha surgido de muchas lecturas y que de cada párrafo de estos pudiera surgir un post o una discusión eterna.

Hace poco una persona me preguntó sobre qué pilares fundamento mi ateísmo, y le prometí un post. A lo mejor con éste logre despejar un poco sus dudas. En primer lugar debo decir que el ateísmo es intrínsecamente una negación. Mi pensamiento no está fundamentado en esa negación. Me declaro atea simplemente para definir mi postura religiosa, o mejor dicho a-religiosa, que querámoslo o no, es un aspecto de la persona que aún posee un gran peso cultural. Pero la verdad a mi me gusta más hablar de las cosas en las que creo, que de las cosas en las que no creo.

Sin embargo, todos los seres humanos nacemos inmersos en una cultura, que nos carga la mente de lenguajes, códigos y creencias, e inevitablemente la mayoría de nosotros fuimos educados bajo alguna creencia religiosa, en la cual se nos inculcó una cosmogonía determinada. Uno de los aspectos claves de la religión es esa, la cosmogonía, o la estructura que sus creyentes dan al universo. A mi también me hicieron creer en dios, y debí negarlo. Al desaparecer a cualquier ser superior de nuestras mentes la cosmogonía cambia radicalmente, el universo pareciera urgir de una explicación. A muchos deístas les incomoda terriblemente esta sensación y he visto con mis propios ojos cómo la gente se aterra sólo de pensar que no hay una causa explicable de "todo lo que existe", y prefieren ni asomarlo en sus cabezas.

Por muy racional que actúe un ser humano, el universo pareciera que jamás deja de ser "irracionable". Me refiero con esto a que nuestra mente es una incapaz ante el gran cosmos, y las respuestas que creemos encontrar por lo general conllevan a nuevas preguntas. Esta infinitud de las causas también parece molestar a mucha gente, y pareciera que no pueden vivir en paz sin una "causa última", aunque ésta ni siquiera esté probada. Yo simplemente acepto que las causas son infinitas, y que este es uno de los encantos del universo.

El universo resulta bello e inquietante, pues, porque siempre tendrá enigmas para nuestra frágil y pobre mente. Su inmensidad e imposibilidad de ser aprehendido por nuestras circunvoluciones le hace hermoso.

Muchas veces me han tratado de hacer ver que un mundo tan complejo y rico como éste sólo pudo haber sido ideado por una mente maestra. Es uno de los argumentos que considero más absurdos, pues ¡por el contrario! Este cosmos con su diversidad, con su riqueza, con su infinidad de elementos, con su variedad de fuerzas, con su complejidad en lo macro y en lo micro, ¿cómo pudo haber sido ideado por una sola mente? ¿Cómo podría haber sido diseñado por un solo individuo? Es precisamente en la infinidad de elementos y fuerzas que en él se conjugan que se ha producido lo que percibimos hoy, en nuestro "momento cósmico", y nosotros somos el resultado de ello. Como decía Sagan, no somos más que polvo de estrellas.

De la mano de la complejidad, yo creo fundamentalmente en el funcionamiento caótico del universo. Sé que muchas de las teorías del caos y de la física cuántica no están totalmente demostradas, pero es la estructura que me presentan del mismo la que me parece más coherente, incluso filosóficamente hablando. Hay algo fundamental en este punto. Casualidad y causalidad no son excluyentes. Del caos surgen patrones espontáneamente y según sé, esto ha sido demostrado. Y los patrones surgen de la sincronicidad que inevitablemente surge en una estructura caótica, y pueden llegar a ser infinitos. Y esto no excluye a la causalidad de las cosas. ¿Por qué? Porque la historia de una estructura es fundamental en su posterior desarrollo. Un simple fenómeno aleatorio que afecte a una estructura en determinado momento, afectará su evolución eternamente. Eso es la causalidad. Fue más o menos lo que planteaba yo en mi poema Sobre el pasado. El pasado es mi estructura, por eso siempre me acompaña. Caos y causa van de la mano.

El universo complejo - caótico es hermoso. No hay plan predeterminado. Del caos surgen las estructuras, y se afectan entre sí infinitamente, como en una gran red. Pienso por ejemplo, en los organismos vivos del planeta Tierra, en que todos de alguna manera, por insignificante que parezca esa influencia, nos afectamos. Eso intenté esbozar en mi poema Perturbaciones. El mundo es una red. Y por eso la causalidad es a veces tan sutil. Porque las causas son demasiadas como para verlas todas. Y ése es precisamente el encanto del caos.

Si creo en todo lo que expuse, forzosamente concluyo que creo en la evolución. La evolución para mi, aparte de una cuestión de cambio, de adaptabilidad, es una cuestión acumulativa. Y esto tiene que ver con lo que ya mencioné de la historia de las estructuras. En ellas perviven de alguna forma todos los estadios de su evolución. Esto incluye a los seres vivos, por supuesto. ¿Han visto esos programas en los que se ve la evolución de un feto? ¿Han visto que en muchos casos nacen estructuras óseas antiguas y se eliminan durante la gestación? Es como si el feto fuese una historia resumida (muy resumida) de lo que hemos sido en la cadena evolutiva. Según mi perspectiva creer que soy un ser "evolucionado de", es una experiencia más profunda. Me hace sentir que hay una conexión entre todos, absolutamente todos los seres de la Tierra. Tenemos una historia compartida, y miren la diversidad que ha surgido de ella. Un perro puede parecer muy distinto a mi, pero ¡también puede parecer tan igual! Tenemos dos ojos, una boca, dos oídos, cuatro extremidades, y ni hablar de nuestra anatomía interna ¡qué parecida es! Y todavía hay gente que tiene los cojones de decir que no viene de ningún mono.

Hay otro aspecto en el que creo, y que quizás muchos no compartan. Creo en la fatalidad. Creer en la fatalidad no es creer en el destino. Es creer que las cosas suceden, porque las causas (infinitas) y los fenómenos aleatorios lo propiciaron, y alguno de los resultados posibles tenía que acaecer. Creer en la fatalidad es pensar que las cosas pasan, porque de algún modo tenían que pasar. Es la consecuencia de la unidireccionalidad del tiempo, y del hecho de que jamás se puedan controlar todos los factores, aparte de la cantidad de influencias que concurren en un hecho. Por eso yo no puedo creer en una voluntad suprema. Yo creo en una infinidad confluyente de voluntades, que divergen y se entrecruzan, que se afectan, y que por lo tanto, ninguna de ellas puede tener total control sobre ningún acontecimiento, ni social, ni cósmico, ni de ningún tipo.

Yo me siento más segura en un universo así. Porque sé que soy parte de él, y que afecto a las estructuras y a los hechos hasta un punto que ni yo misma puedo imaginar. Es el famoso ejemplo de la mariposa. Eso me hace más responsable. Pero también me hace menos insignificante. Y por supuesto, me hace menos indispensable. Nada ni nadie es indispensable, pero todos afectamos. Y todos al morir dejamos una huella... genética, cognitiva, cultural, bioquímica, etcétera.

En todo eso, es en lo que yo creo.

Wolfgang Bayer: Partial view of the Mandelbrot Set.
Fuente: Wikimedia Commons
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6 comentarios:

  1. Miguel Díaz Barrios16 de enero de 2012, 20:26

    Excelente Post! Increíble como plasmas la esencia del ateísmo! "Y todavía hay gente que tiene los cojones de decir que no viene ningún mono." Eso es muy cierto! Un aplauso por defender la evolución! 100% De acuerdo en ese principio :)

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  2. Me gusto mucho, creo que me identifico bastante! Bravo!

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  3. Está excelente, y te agradezco infinitamente la alusión.

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  4. Creen que el ser humano es el climax de la evolución, el pináculo de la creación... tenemos que darnos cuenta que el humano es un animal incompleto, un paso a un ser que no conocemos aún!
    Me gustó mucho tu post, lograste darle una buena forma a tus ideas en pocas palabras, que dicho sea de paso, concuerdo con mucho de lo que leí aquí!
    Seguiré tu blog con gran interés!

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    Respuestas
    1. Gracias por tu comentario, espero podamos compartir buenas ideas. Por cierto ¿crees que en algún momento di a entender eso de que el ser humano es el climax de la evolución? ¿O lo mencionas como una idea con la que no estás de acuerdo? Porque, por si acaso, no lo pienso así. Saludos :)

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    2. Leí tu visión sobre el universo y me pareció tan coherente y profundamente meditada, que quise contrastarlo con la lectura del Génesis, solo para que nos demos cuenta del artificio horrible que es la religión, en mi opinión. Yo respeto las creencias de cada quien, pero esa idea en particular, me parece atroz. Disculpa si te di una idea errónea en mi comentario, es que no supe explicarme...
      Te felicito por tu blog, es difícil encontrar un oasis como este...
      Estamos en contacto! Saludos!

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