"Las partes del cuerpo humano son:
Cabeza
Cabeza
Tronco
Extremidades
Teléfono"
Hoy en día la gente se queja todo el tiempo de que los seres humanos hoy parecemos vivir pegados al teléfono inteligente. Este súper dispositivo, increíble, y que hemos asimilado increíblemente es demasiado nuevo para creerlo cierto. Viendo las cosas en retrospectiva, en 50 años pasamos de una computadora del tamaño de un cuarto a un teléfono inteligente, del tamano de la palma de tu mano y mil veces más potente.
La gente se queja de que el otro vive pegado a la pantalla, que es triste ver en las reuniones sociales cómo estando alrededor de la misma mesa, la gente está pegada a sus iPhone, Galaxy, etc. y no presta mucha atención al interlocutor con el que comparte en tiempo real.
En verdad puede ser un espectáculo patético, y sobre todo un acto de mala educación. Pero hay un trasfondo ahí: en ese momento, la persona prefiere interactuar con quienes lo hace por Whatsapp, Instagram, Twitter, Facebook, etc., que con quien tienen enfrente. Yo les diría: no es que esto sea malo, es que no sé para qué diablos entonces concretaste esa reunión.
La gente pegada a las pantallas nos trae ideas distópicas como la planteada en la película Wall-e de Disney Pixar. Un montón de obesos, interactuando solo a través de las pantallas. Hace poco leí un artículo que al respecto, me hace ser más optimista. Pueden encontrarlo acá, pero se los advierto, es bien largo y está en inglés. Aún así mis referencias a él serán limitadas, y si les interesa les recomiendo su lectura.
En este artículo se hace referencia a científicos que plantean que el ser humano y la computadora con el tiempo se harán uno, y es la idea que considero más lógica (más allá del avance de la inteligencia artificial por sí misma, y teniendo en cuenta nuestra supervivencia a un potencial cataclismo por culpa de ella).
En estos días desayunaba con mi abuelo y bromeaba con él diciendo que como ya tiene dos rodillas de titanio y lentes intraoculares, era todo un androide. Y véanlo de esta forma: en nuestro smartphone están nuestras memorias más detalladas que nunca antes en la historia, tiene toda clase de aplicaciones que facilitan nuestras tareas cotidianas, en él tenemos acceso a toda clase de información, y a compartir nuestros momentos instantáneamente con el mundo entero; todo al alcance de nuestra mano.
El futuro tal vez está en cosas más osadas como las Google Glass, un dispositivo que está más integrado a nuestro cuerpo en cierta forma, y que nos permite, ahí sí, interactuar con la red y con nuestro mundo y nuestros interlocutores al mismo tiempo.
El caso es que en el futuro podríamos estar hablando de una verdadera integración corpórea con la computadora, acceso a la información desde nuestra propia cabeza (en estos días me encontré con esto), y sustitución progresiva de nuestros órganos o mejoramiento de los mismos a través de la inserción de dispositivos. Tal vez, como dice el artículo, hasta lleguemos a vencer la muerte.
Entonces, como dijo el pana Luis Carlos, sí, el teléfono inteligente podría ser nuestra primera y efectiva "extremidad biónica".
Photo credit: HamburgerJung / Foter / CC BY-NC-SA |
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