domingo, 13 de julio de 2014

Amigos

Hace poco leí un artículo en XakataCiencia sobre los amigos. Básicamente decía que nuestro círculo de amistades se renueva en promedio cada siete años.

Muchos dichos hay por ahí en la internet, de que los amigos verdaderos son para siempre, o de que las personas que realmente valen la pena no se van de tu vida, y cursilerías por el estilo.

Creo que el devenir de la vida es mucho más violento y arrastra a su paso incluso las mejores amistades. De hecho estuve muy de acuerdo con el artículo que mencioné, pero en general creo que siete años es mucho. A menos que se refiriera a ciclos de un grupo entero de gente.

Yo sobre los amigos tengo varias cosas que decir, y finalmente me he puesto a escribirlas.

En primer lugar, yo no sé qué es eso del "mejor amigo", ese de toda la vida. No sé si habrán sido las circunstancias de mi vida, mudanzas constantes, cambios de escuela, conocimiento de muchos círculos sociales en general, pero ese amigo(a) para mi no existe.

Considero mejor amigo a aquella persona con la que paso la mayor parte del tiempo y con quien comparto la cotidianidad. Pero esa persona en mi caso siempre ha cambiado casi anualmente. Recuerdo el colegio y la universidad. Tuve por épocas ese amigo de "pa'ca y pa'lla", con algunos sigo teniendo contacto, con otros no.

La amistad es casi como el amor en el sentido de la primera impresión. Casi siempre me sentí atraída (de cierto modo) a la primera interacción con quienes han sido mis mejores amigos. Hacia algunos de pronto tuve una pequeña atracción sexual, o de ellos hacia mí, cosa que confiesan después. Pero solamente una vez alguien pasó a ser algo más que eso, y no duró nada. Yo no considero que cierto impulso sexual arruine las amistades o las vacíe de contenido.

Cuando un amigo se pone intenso, casi inmediatamente me siento incómoda. Ese "por qué no me llamas", "te olvidaste de mí", etc., no me gusta para nada, pues siento que con los amigos no hay obligación, solo espontaneidad. Por supuesto, mientras la relación dure, les escucho en las buenas y en las malas.

De los amigos no requiero similitud en la ética y en las creencias, y menos en los gustos. Los he tenido de muy diversas opiniones, religiones, ideologías políticas, etc. A veces son insufribles, pero total son amigos. Creo que una amistad es para enriquecerse, y buscar puros igualitos a mi es una pérdida de tiempo. En las parejas busco más esa similitud, pero no en gustos, sino más bien en lo profundo.

Curiosamente he tenido muy pocas amigas mujeres, y algunas que tuve eran lesbianas. Hay algo de turbiedad y de competencia en las relaciones entre mujeres que no soporto mucho, y que hallo con mucha frecuencia. Sin embargo he conocido ciertas mujeres inolvidables.

Suelo hacerme muy amiga de mis mentores. Y me gusta compartir con ellos como si de un amigo se tratase: tuteo, compartir social, bebida, etc. Creo que son los momentos en que más aprendo de esas personas.

Creo que la confianza y la casi ausencia de juicio, aparte de cierto interés curioso en el otro, es lo que hace una buena amistad. Pero creo que ellas como todo en la vida, no son para siempre. Parece que a través del tiempo cambiamos, y con ese cambio (y con los cambios de lugares), cambiamos también a quienes nos rodean, y ellos a su vez nos cambian a nosotros. Es un proceso infinito.
Juliana Coutinho / Foter / Creative Commons Attribution 2.0 Generic (CC BY 2.0)

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