domingo, 6 de abril de 2014

Paranoias


1.
Iba en un bus de esos tipo van reconstruida. Gente normal sentada, unos pocos de pie.


En una parada, se bajaron varios pasajeros, y se montaron cuatro tipos bromeando, hablándose entre ellos. A pesar de la disponibilidad de asientos, se sentaron todos separados, regados en la unidad.

Qué tramaban? Si andaban juntos, por qué se sentaban así? No aguanté una cuadra. Me bajé y esperé algún carro por puesto que me llevara a mi destino.


2.
Iba caminando unas pocas cuadras hacia la casa de dos pequeños alumnos de piano. Mi tía iba pasando y me ofreció llevarme.


"Y tú te vas a pie?" Me miró con cara de "estás loca".

Llegamos al frente de la casa. La calle está cerrada, tipo villa improvisada de esas que abundan hoy. Tardarían dos minutos en abrir la puerta, y mi tía no paraba de reclamar el por qué no habían salido aún.

No sabe que igual llego muchas veces a pie, y que a veces tardan más en salir.


3.
Salía de dar clases. Una zona acomodada, por la que poco miedo me da andar. Esperaba que me buscaran tras la cerca de ciclón.


La coordinadora necesitaba irse y me explica toda una maroma para salir por otra puerta y dejar cerrado el candado. Le digo que prefiero esperar en la acera, total ya venían llegando.
Me dijo que no le parecía prudente, aunque es la acera por la que entro todos los días, y en la que espero que me abran cuando llego.

En medio de la indecisión, me buscaron igual.


4.
Un bus pequeño. Unos metros adelante en el camino, dos hombres en una moto despojan de su cartera a una mujer que venía caminando. La halan tan fuerte que cae en medio de la avenida. Menos mal no venían carros.


Los hombres cruzan rápidamente a la derecha en el primer escape. Pienso que podrían dar la vuelta a la cuadra y venir a por el bus. Saco mi celular del bolso y me lo pongo en el bolsillo trasero, llevaba una blusa larga. Si me piden el bolso, al menos el celular no se lo llevan.

Igual no pasó nada.


5.
Me monto en el carro por puesto. Era la única pasajera. Unos metros adelante se montan dos jóvenes, de aspecto malandrín, con muchas prendas baratas.


Dije al chofer que disculpara, había olvidado algo. Me bajé apenas pude.


6.
Estaba al oeste de la ciudad. Al fin llegó un taxi a la línea. "Señor, necesito llegar a Los Haticos". "Bueno pero llevaré a este otro primero". Un tipo con unas flores. Llevaba tanto tiempo esperando que accedí.


Nos fuimos. Qué avenida es esta? A dónde vamos? Esa es la Circunvalación 3, la conozco. Vaya que es larga y fea la Circunvalación 3. Y sigue. Cruza como alejándose más de la civilización. Casitas, ranchos, fotos de Chávez por doquier. Deja al hombre en un lugar donde había más tierra que carretera.

No debo perderme, debo estar pediente del camino. Al menos la puerta tiene manilla por dentro. Puedo tomar un por puesto en cualquier caso. Parece que volvemos a la Circunvalación 3. Será que quiere reventar en Sabaneta? Sí, eso. Haticos es lejos. Finalmente me hallé en Sabaneta.

"Tomaré un atajo, sabes exactamente a donde vas, verdad?" "Sí" (eso creo). Miraba atentamente, creo que vamos bien. "Mire, mire! Por ahí estaba la vía de Los Robles! Allí a la derecha". Llegué. Me cobró duro. Pero llegué y suspiré.

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