sábado, 20 de agosto de 2011

El laicismo, una cuestión de ética

Leyendo las noticias y opiniones que han surgido en los últimos días con respecto a los hechos suscitados en las Jornadas Mundiales de la Juventud, "celebradas" en Madrid y la visita papal que para ellas se programó, me doy cuenta de que la población en general no está informada mínimamente sobre qué es el laicismo, y mucho menos, sobre cuál es su fin. Aquí pondré mi granito de arena y visión particular del asunto, aunque me encuentre tan lejos del lugar de los hechos.

Para mí, el laicismo es una cuestión de ética, de promover la sana convivencia, asegurar la imparcialidad del Estado (cosa más ideal) y de lograr un ambiente de tolerancia. El único código ético que voy a utilizar para argumentar esto es la Declaración Universal de los Derechos Humanos, tan invocada por todos, pero a la vez tan violada por muchos; considero que con sus artículos, sumamente fundamentales, me basta para ello.

El primer error: La asociación laicismo - ateísmo/agnosticismo

No estoy queriendo decir acá que es un error que los ateos y agnósticos sean laicos o promuevan el laicismo. Estoy queriendo decir que es un error pensar que el laicismo es ateo, o que los ateos al promoverlo pretendan que lo sea. Tengo entendido que la manifestación laica en Madrid no era en principio anti-religiosa, sino para reclamar que se usase el dinero del Estado para la venida del mayor jerarca de la Iglesia Católica, siendo que dicho Estado se autodenomina laico, y no debe mostrar preferencia por ningún culto.

Sin embargo algunos medios les tildaron de "anti-Papa", e incluso llegaron de acusarles de agredir a los católicos. Esto constituye en primer lugar una difamación y contribuye a que el público en general malinterprete lo que es el laicismo. Si en verdad se cometió agresión por cualquiera de las dos partes, es condenable.

Via @atlante83


Sin embargo hay fuentes, aparentemente confiables (por ejemplo), que reseñan que hubo agresión verbal y críticas fuertes desde la manifestación laica hacia los feligreses o jóvenes que participaban de la venida papal. Entonces ¿era esto una manifestación laica? ¿O era una manifestación atea? Eso no lo deja muy en claro. Una cosa es criticar al Estado por usar los recursos y bienes comunes para promover una religión específica, o criticar a una institución religiosa por influenciar las decisiones de Estado (defensa del laicismo); y otra muy diferente es criticar a la institución religiosa como tal y a la religión que profesa, peor aún, a sus seguidores; que no es que no merezca ser criticada, pero soy partidaria de que hay que ser más precisos en los objetivos que persigue la manifestación, y no mezclar posiciones, que aunque están relacionadas, no van siempre juntas. No es de extrañar que entonces se les tilde de "anti-Papa", porque es lo que en su discurso dan a entender.

Ya pretendí ilustrar en la entrada Por una educación laica por qué los ateos y agnósticos se arrimarán naturalmente a la postura laica. Pero me parece absurdo que en una manifestación para defender el laicismo, se defiendan posturas religiosas o anti-religiosas específicas. El laicismo es para garantizar la libertad de culto. La crítica a la iglesia nunca estará de más, pero debe hacerse aparte, en convenciones ateas o algo por el estilo.

Debo agregar que un movimiento laico real, debe aceptar militantes de la mayor cantidad de cultos posible, sólo así será intrínsecamente laico.

El laicismo nos conviene a todos

Menos a los que se aprovechan de su posición de poder, por supuesto. Es un error pensar que es trabajo de los ateos y agnósticos promover esta postura institucional.

Si tú eres cristiano-evangélico, adventista o de cualquier iglesia protestante, si eres judío, budista, etc. no tienes por qué aceptar que el Estado esté parcializado o financie el catolicismo o el islam (que son las religiones de Estado más comunes). Tampoco es admisible que se criminalice a alguien por no creer en el culto mayoritario o por no estar de acuerdo con alguna de sus premisas. El Estado debiera garantizar la no persecución y el libre ejercicio de cualquier religión o práctica religiosa, mientras esta no menoscabe los derechos humanos fundamentales. Más aún, no debe financiar a ningún grupo religioso o anti-religioso específico, aún menos a una institución religiosa que tiene un poder de alcance mundial, como es el Vaticano.

Aunque seas un fiel creyente en tu religión, el Estado laico te conviene. Esto hay que hacerlo entender.

El laicismo como garante de derechos

Ya volviendo al título de la entrada, pienso que el laicismo es una cuestión ética. Y de un modo implícito, para que los Estados garanticen el cumplimiento de los Derechos Humanos debe asumir una posición laica. En mi opinión, el mero hecho de que un Estado se declare de una religión específica, ya constituye una violación de los DDHH, porque el Estado no es una persona natural, es una institución que administra un territorio entero, heterogéneo, y (en teoría) debe garantizar los derechos fundamentales de todos los que allí habitan.

Igualmente debe existir una justicia aconfesional que sea imparcial ante todos los cultos. En caso de que atenten contra los derechos fundamentales de una persona o de un colectivo, las prácticas religiosas pueden ser condenables como prácticas, no por el hecho de ser religiosas.

Artículos en específico que hay que defender, por ejemplo, son el número 18 y el número 26, numeral 2 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que copio literalmente a continuación:

Artículo 18
Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.

Artículo 26
2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.

A pesar de las críticas, felicito y apoyo acá desde el otro lado del charco a la manifestación laica de Madrid por su valentía, y por mantener su dignidad  frente a los múltiples ataques físicos y verbales que ha tenido que sobrellevar. Por las imágenes que he visto en la web, me parece que la manera en que la policía reprimió la manifestación fue violenta, exagerada e inaceptable.


Considero finalmente que el movimiento laico debe orientarse precisamente a la garantía de la libertad de culto y al cumplimiento práctico y real de la aconfesionalidad del Estado, y para ello debe ser ejemplar y promocionarse ante los practicantes religiosos también, y concientizarles de que el laicismo es una cuestión de ética, no de religión.

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1 comentario:

  1. epa Vanesa, excelente articulo, somos muchos, solo que muchos no lo expresan.

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