domingo, 9 de septiembre de 2012

21 Kms a pie: Mi experiencia en la Media Maratón de Maracaibo



Así esperaba celebrar qyer el cumpleaños de la ciudad que me viera nacer, y en la que he habitado la mayor parte de mi vida. Cualquiera por ahí diría "estupideces". Lamentablemente soy de las que cree que el suelo en el que nacemos determina mucho en nosotros, pues en su contexto está toda nuestra existencia temprana, y aunque lo abandonemos y no volvamos, su marca nos acompañará toda la vida. "Qué santo el amor de la tierra". Y sí, yo soy de las que cada vez que pasa el Puente sobre el Lago, lanza fotos, mira al horizonte, saluda a los pelícanos y se regocija en tanta inmensidad.

En estos meses y debido a un evento del que seré partícipe, sin que haya precedentes en toda mi vida, he estado entrenando como nunca, y esta experiencia ha sido altamente satisfactoria. Me enteré hace un par de meses que en Maracaibo se llevaría a cabo una Media Maratón, y que parte del recorrido sería ese Puente que tanto me gusta pasar. Ahora imaginen ¡pasarlo a pie! Esta fue la primera razón que me llevó a inscribirme. Ya que no soy corredora consagrada, mi meta era pasar los 9 Kms. del Puente sobre el Lago, y desistir, pero las circunstancias y la compañía me llevaron a otra cosa.

Cuando llegamos a Punta Iguana, en la Costa Oriental del Lago (COL), hacía un calor infernal (una cosa muy normal por aquí en estos días). Pero cerca de la hora de inicio de la carrera unas nubes nos hicieron el favor de ofuscar el Sol, y pensamos incluso que iba a llover. Encontré a varios amigos en la zona de la salida, y me dio gusto. 

Al momento de comenzar la emoción se hacía sentir. Yo jamás había hecho ni siquiera una carrera de 10 Km, de ahí que quisiera sólo atravesar el Lago. Fue grande entrar al Puente, que inevitablemente se hizo más largo de lo normal. Pasarlo, más allá del cansancio, más allá de la falta de hidratación que sufrimos, fue una gran experiencia, hasta cierto punto, una experiencia estética. El atardecer caía sobre Maracaibo, y a pesar de la mucha nubosidad pudimos apreciar sus colores hermosos sobre aquella inmensa ciudad. Hacia atrás se veía el camino recorrido, con el nacimiento de la oscuridad de fondo, y a los lados, solo aquel inmenso Lago, perdiéndose en ambos horizontes. La falta de agua hizo que de aquel camino me quedara un sabor a sal. Luego de pasar las pilas, en la bajada recuperamos el aliento. De todos los amigos a quienes encontré, solo quedó una tocaya, que es más una desconocida para mí, pero fue mi compañera el resto del viaje.

Corredores entrando en el Puente Rafael Urdaneta. Fuente: noticias24.com


Cuando terminábamos de pasar el Puente, se abrió el canal contrario y empezaron a pasar los vehículos en sentido Maracaibo-COL. Por un momento me molestó el olor de los gases, pero la gente nos tocaba corneta y nos saludaba haciéndonos porras, lo cual ayudó a subir el ánimo. Terminé el Puente con buena velocidad, pues era mi meta. Moría de sed, y al final había unos militares con filtros de agua fría que nos brindaron la primera hidratación de todo el camino.

Yo en el fondo esperaba a que alguien pasara buscando a quienes no queríamos seguir, pero nadie pasó. Estaba oscureciendo, y como ya entrábamos a la ciudad había gente por todos lados haciéndonos porras, eso fue simplemente genial. Había niños que nos extendían la mano. En un tramo que me pareció más bien corto, vislumbramos un semáforo y nos dijimos ¡allá está, es la Plaza de las Banderas! Ese era el kilómetro 12. Ya faltaba menos de la mitad. Yo seguía esperando que alguien me recogiera, y a partir de ahí prácticamente caminé todo el tiempo.

Los Haticos es en sí una vía bastante fea, pues es una zona industrial. El alumbrado público está bastante dañado y había pedazos de mucha oscuridad. A veces corría para mantenerme dentro de un grupo de gente, con el que llegué casi al final. En el kilómetro 14 recibimos la primera hidratación legal. Si no hubiera sido por la buena voluntad de la gente, no hubiésemos tomado nada hasta allí, al menos los que íbamos atrás. En este pedazo vimos pasar unos cinco buses llenos de maratonistas que decidieron no continuar, y tuve la más grande tentación de irme, pero ya que, faltaban unos 7 Kms. Ya había llegado muy lejos.

Luego de que vislumbramos la Iglesia La Milagrosa, todo empezó a ser reconocible. Faltaban 5 Kms. Allí todo es referente. El Terminal de Pasajeros, Las Playitas, la Avenida Libertador, el centro comercial Ciudad Chinita, la Basílica, la Plaza Bolívar, el Teatro Baralt, la avenida El Milagro, el Puerto de Maracaibo y finalmente la Vereda del Lago. En este recorrido confieso que no aguantaba el ardor en los pies y el dolor en las pantorrillas. Caminaba a duras penas, y a partir del Puerto, aproximadamente en el último kilómetro, mi compañera me abandonó. Sin embargo, una vez entré en la Vereda, y ví que los maratonistas que estaban detrás de mi empezaron a correr, yo corrí también, luchando por defender el lugar que llevaba desde hacía rato.

Estuve moviendo las piernas por aproximadamente 3 horas y 25 minutos. Mucho tiempo. Cuando llegué no quería dar un paso más y ni siquiera tenía hambre, pero luego de sentarme un rato recobré el aliento y me sentí satisfecha de aquella experiencia.

Me dio mucho gusto saber que, a pesar de que el ganador absoluto fue un extranjero, hubo muchos ganadores venezolanos, incluyendo al segundo y tercer lugar absolutos y al primer lugar femenino.

Espero pronto participar en más carreras, más cortas preferiblemente, y hacer mejores tiempos. De momento puedo decir que hice una Media Maratón y ¡que pasé el Puente sobre el Lago a pie!

Ahora les dejo unas poquitas fotos que tomé ;-)


El Puente Rafael Urdaneta, visto desde Punta Iguana (salida)

Mientras corría en el Puente. A lo lejos se ve el humo de las tres chimeneas que se ven al entrar a la ciudad. Aún desde esta perspectiva, a la derecha, no se ve el punto de llegada.

Mientras corría en el Puente. Entrando en las pilas.

Mientras corría en el Puente. Vista hacia atrás (Costa Oriental del Lago)

Mientras corría en el Puente. Ya en las pilas, con el atardecer de frente.

Mientras corría en el Puente. Vista hacia atrás (Costa Oriental del Lago)

Mientras corría en el Puente. Cerca de Maracaibo, con un espectacular cielo.

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4 comentarios:

  1. Excelente post.
    Como tú, yo era uno de los que iba con el afán de "sólo pasar el puente y ya" puesto que era la primera vez que participaba en una carrera, pero al final decidí terminar el recorrido. Algo de lo que comentas fue una de las cosas que más me llamó la atención durante la carrera y es la buena voluntad de las personas que estaban viendo a través del recorrido, y que si no fuera por ellas más agua nos hubiera faltado a muchos. De verdad fue una experiencia gratificante.
    Saludos.

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  2. Vanesa Gracias por contarnos tu experiencia. Me anima a inscribirme para la próxima ocasión, Saludos!

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  3. Gracias por sus comentarios a ambos. Julio, en verdad el comportamiento de la gente fue genial. Martín, vamos, eso es nada más entrenar y animarse. Saludos :-)

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  4. Excelentes fotos Vanesa!... te felicito por tu decisión, y por no dejarte vencer por la tentación en el Km 14. Así se hace!. Verdad que se siente un orgullo y una satisfacción al haber culminado los 21 km??? "no abandonar, hay que seguir", "no abandonar, hay que seguir".... eso es lo que se debe repetir. Por mi parte, te cuento que vi agua en el Km 10 gracias a la gente, y en el Km 11 empezó a haber Gatorade. Pensé que fui desafortunado porque no conseguí casi hidratación, pero veo que el grupo que venía atrás la pasó todavía peor. Pero no importa, lo logramos a punta de voluntad y esfuerzo, así sea en 1 hora, 2 horas, 3 horas o 4 horas... pero lo cumplimos!. No te desanimes, espero que nunca olvides el doble horizonte (a lado y lado) mientras caminabas por el Puente. Excelentes reflexiones!.

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