martes, 30 de diciembre de 2014

Los 10 más leídos de 2014

Este año que estamos por despedir ha sido un tanto intenso, en lo bueno y en lo malo, en lo personal y en lo social. Si hay algo que no me llena mucho de orgullo, es que al revisar las estadísticas, me percaté de que los 10 posts más leídos de 2014 son, por primera vez, todos relacionados con el tema de la realidad de Venezuela.

No me siento orgullosa porque no es la temática principal del blog (o esa no era la idea), y porque nuestra realidad es en verdad agobiante.

Este rincón personal este año refleja lo que hemos pasado este año: protestas, inseguridad. injusticia, escasez, discursos políticos ridículos... He ahí lo que ustedes mismos más leyeron y compartieron:

1. ¿Y por qué tengo que dejarme robar? Repetitivamente, cuando alguien es asesinado víctima del hampa en Venezuela, se le hecha la culpa al asesinado "por dejarse robar". No solo el derecho a la vida, sino también el derecho a la propiedad, es violentado constante e impunemente en nuestro país.

2. Me tienen harta. En medio de la situación de protestas de febrero de este año, la actitud del gobierno fue de hacerse oídos sordos, hablar de cualquier otra cosa y reprimir en la calle. Aún los problemas no han sido siquiera admitidos.

3. Una protesta, una feria del libro y una triste demostración de "cultura". Una protesta en un mal lugar ocurrió a finales de noviembre. Pero lo peor fue que llevó a una serie de personalidades y de "intelectuales" a hacer una gala de soberbia.

4. Cuando el problema se convierte en xenofobia. Nuestro país está invadido de gente de otras latitudes que de uno u otro modo aprovechan diferenciales cambiarios y crisis, lo cual ha llevado a una preocupante actitud xenofóbica en muchos venezolanos. Nada deseable.

5. Revender no es malo. Mil veces se le quiere echar la culpa a revendedores, buhoneros y contrabandistas de la crisis de los productos de la cesta básica, cuando la raíz es la raíz: el control de precios. De uno u otro modo, todo venezolano ha llegado a criminalizar el libre comercio.

6. La ineficiencia en atención al cliente en Venezuela. La crisis, la escasez y los malos salarios hacen de cualquier salida a comprar cualquier cosa una tortura en el país. La calidad en el servicio al cliente ha decaído con ello, y su perenne necesidad lo lleva a no exigir un mejor trato.

7. Líbranos del Chávez Nuestro. Una versión del Padre Nuestro, dedicada al difunto Chávez, fue pronunciada en cadena nacional. Nada de extrañar en cuanto a comportamientos comunistas casi religiosos.

8. Marcha pacífica ayer #16F en Maracaibo. Una reseña personal de uno de los pocos eventos de febrero en los que participé activamente.

9. Luna roja, no nos mires con tanto desdén. En abril de este año hubo un eclipse lunar. Aparte de las metáforas astrológicas, hubo unos cuantos comentarios políticos sobre la sombra de la Tierra en el satélite. Deléitese con nuestra demostración de irracionalidad y pseudociencia.

10. Un momento orwelliano en la Unefa. Un día que fui a tocar en la Unefa, escuché por primera vez el himno cantado por Chávez, vi afiches de Chávez por todas partes y escuché cómo le llamaban "comandante supremo". Ya he tenido otras experiencias de este tipo.


Si bien todos estos posts hablan de los mismo, escribí sobre otras cosas, y estos los quiero recordar personalmente, y recomendarlos a ustedes, si no los han leído:

1. Compartir con el barrio. Este post, a pesar de no ser de los más visitados, recibió buenas críticas, y fue republicado en el SIC semanal del Centro Gumilla. Gracias, Luis Carlos.

2. La inteligencia holística y la práctica musical. Este post, escrito en 3 partes, habla sobre las múltiples facetas de la inteligencia, y su aplicación en la ejecución musical.

3. Los niños de clase media. Ser de clase media parece ser un estigma hoy en Venezuela. Desde el gobierno se nos tilda de "ricos", cuando la realidad, es que cada día somos más pobres.

4. La experiencia religiosa como experiencia estética. Asistir a un ritual religioso, más allá de una experiencia espiritual, puede ser una experiencia estética, pues la religión se vale de las múltiples artes para poner a tono la sensibilidad del feligrés.

5. La extinción y los juicios morales. ¿La extinción de una especie es mala? Depende. La biodiversidad es algo que hay que defender a toda costa, pero ojo si estamos desperdiciando demasiada energía en un proceso que es natural.

6. Ateos "muy religiosos". A los ateos se nos tilda muchas veces de más religiosos que los mismos religiosos. Y a lo mejor es verdad...

7. Aires de feria y chikungunya. Este año cerró con broche de oro en casa. La fiebre chikungunya nos dio a todos, en medio de los festejos de noviembre. Un mal que desde mediados de año ha azotado a Venezuela.

Se viene un crítico 2015. Sigamos reflexionando ;-)


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domingo, 21 de diciembre de 2014

Las dos caras del artista


wolfgangfoto / iW / CC BY-ND


La música es un arte de escena. La escena para mi es como otra dimensión, de espacio, de tiempo y de la psiquis: todo se percibe de un modo distinto.

En cuanto al tiempo, en la música los cambios de percepción de él son literales: todos hemos corrido o nos hemos quedado sin darnos cuenta. Entrar en una consciencia suficiente del propio tiempo es todo un reto técnico musical.

La percepción del propio cuerpo es otra cosa. Hay quienes sienten frío, hay quienes sudan, hay quienes sienten que les falta el aire y quienes perciben su respiración exageradamente; hay quienes sienten una percepción mayor y hay quienes se adormecen.

No solo es el nervio, el reto de enfrentarse a un público, el miedo escénico. Es también el papel que uno está jugando, de pronto una responsabilidad infinita y a la vez una libertad infinita: si meto la pata, todos lo notarán y habré echado a perder todo el acto y tal vez mi reputación, soy un payaso que debe satisfacer la trama planteada y tras una careta complacer a gente que ni siquiera conozco; pero a la vez soy un ser que se ha parado aquí enfrente de todos a hacer lo que le ha dado la puta gana de hacer por simple placer y satisfacción personal, soy lo que quiero y expreso lo que quiero a través de mi interpretación.

Esta sensación ambigua, la he experimentado sobre todo cuando estoy en uno de mis escenarios habituales: la iglesia. Sea tocando en una ceremonia a cambio de un pago, o acompañando a algún coro o cantante en la temporada sacra (también por lo general a cambio de dinero o de mi salario habitual), la iglesia es uno de mis teatros más utilizados.

Y en eso la he convertido interiormente: en un teatro, donde yo soy las dos caras del artista, del actor.
Por un lado soy como el payaso que se ha puesto la careta para servir a rituales con los que no me identifico en absoluto. Mientras ellos rezan el Señor ten piedad o el Credo, yo me quedo sentada y luego les secundo las ideas con la música que toco. Soy en ese momento una sirvienta de una institución que aborrezco y soy protagonista del ritual.

Por otro lado, soy como una infiltrada rebelde. Por dentro soy la atea que escucha y desmecha los sermones sacerdotales, mira toda la malicia del adoctrinamiento infantil, ve mil cabezas en medio de un trance religioso; no responde en toda la misa frente a sus caras, y luego vengo a mi blog a seguirme cagando en Dios.

A lo mejor, no estoy jugando ninguno de los dos papeles extremos. Pero dentro de mi, los he jugado ambos todo el tiempo.

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