sábado, 23 de agosto de 2014

Cuatro años reflexionando

Hoy mi blog está de cumpleaños. Aunque paso por momentos difíciles, y pendiente de otros proyectos y lo cargo descuidado; no quiero perder la tradición de celebrarle el aniversario a mi blog al menos mencionándolo.

El tiempo pasa volando definitivamente, y no es que este blogcito sea muy famoso, pero me da muchas satisfacciones.

Aprovecharé simplemente recordarles que este blog tiene un feed que pueden agregar a su lector: feeds.feedburner.com/ReflexionesApresuradas

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Por último les dejo algo del proyecto que me tiene distraída, nada menos que lo que espero sea el inicio de una carrera como cantautora, mi álbum "Nostalgia", del que ya pueden escuchar algo acá: soundcloud.com/vanesacardenas

De resto, sigamos reflexionando.


jueves, 21 de agosto de 2014

In memoriam

Divagar alrededor de la muerte a veces parece un ejercicio inútil. Y nada más filoso e inapropiado que la palabra al momento de una emoción indescriptible. Sin embargo, ella nos aproxima, y con nuestro pensamiento, no encontramos mejor manera de expresar lo que se puede poco.

Esta semana he perdido a una persona cercana, y de un modo totalmente inesperado. Una enfermedad devastó a la tía más sonriente que tuve, en cuestión de meses, aún siendo relativamente joven.

Fue una persona alegre, guerrera, de altos ánimos, a la que quizás tenía más cosas que agradecer que las que alguna vez le dije, porque hasta el cobijo de una casa nos dio cuando lo necesitamos; fue nuestro apoyo, y de muchos, en momentos difíciles.

Uno siente lo que sea, que fue pronto, que no debía ser su turno, mil cosas que poco vale la pena pensar. Sin duda, lo que importa es lo que hacemos con nuestras vidas, y ella nos deja recuerdos de momentos maravillosos y dádivas en mil aspectos que siempre tendremos presentes. Siempre llenó de luz a quienes compartían con ella.

Qué difícil se nos hace hoy tu ausencia. Gracias, tía, con esa sonrisa de siempre es que te tendremos amarrada en la mente y el corazón.

L.M.C.G 1958 - 2014

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viernes, 15 de agosto de 2014

Suicidio

Con el tema de la muerte de Robin Williams, ha saltado a la palestra del debate de las redes sociales (¿debate?) el tema del suicidio. El suicidio en diferentes culturas ha tenido diferentes connotaciones éticas. Puede ser desde una cuestión de honor hasta el peor de los pecados.

A mi no me queda más que ser coherente conmigo misma. Si creo en el individualismo, y en la voluntad de que cada quien es dueño de su cuerpo y de su vida, el suicidio sería una de las máximas demostraciones de esa posesión, y de ese disponer cada quien como quiera de su existir. 

No hay manera de condenar a alguien por eso, más que quizás por el sufrimiento que pueda dejar a su alrededor, pero ¿qué sentido tiene?, sobre todo para alguien como yo que cree que la muerte es la aniquilación de nuestro ser, así que después de la muerte, no queda condena alguna. Por eso también la muerte es poca condena, si no es por el deseo de continuar viviendo.

En el suicidio hay una barrera ética: no se hace daño a nadie más, sino a uno mismo. ¿Y acaso no nos provee de esa posibilidad la libertad?

Claro está, la depresión es un oscuro lugar, una enfermedad a la que muchos se refieren a la ligera, como si de dar mensajes de auto ayuda se tratara. Es una cuestión química, que afecta todo nuestra percepción, incluyendo la percepción de la vida y de la muerte.

Por lo menos para Williams, un ser que logró trascender, quizás existe aún la única opción de inmortalidad: la de no ser olvidado.













Photo credit: dak1b2006 / Foter / Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 2.0 Generic (CC BY-NC-SA 2.0)

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miércoles, 13 de agosto de 2014

Mudanzas

"los espacios parecen perdurables,
pero en realidad, hasta ellos mismos se burlan de lo efímeros que pueden ser..."

Hace días atrás leí un artículo de la BBC que llamó mi atención, pues tocaba una vena personal. Trataba sobre si son o no traumáticas las mudanzas, pues tienen fama de afectar psicológicamente a quien las sufre.

El artículo concluía que en realidad una mudanza no es la gran cosa, y que pocas personas recuerdan alguna como un evento traumático, que tal vez todo es exageración, más en comparación con cosas como un divorcio, una enfermedad grave, la pérdida de un ser querido, una quiebra, etc.

Una mudanza es primero que todo, algo bastante fastidioso, nadie lo duda. Mover todas tus cosas, empacarlas, desempacarlas, reacomodarlas, y en ese proceso muchas se perderán sin saber ni cómo. Ocupas un buen tiempo en eso, y siempre hay un lugar que se deja, y un nuevo lugar al que adaptarse.

Las mudanzas pueden ser para mejor o para peor. Si estás viviendo una situación incómoda en un lugar y finalmente te vas a otro, pues maravilloso, pero puede ocurrir al revés. También pueden ocurrir por caprichos, a veces ajenos a nuestra voluntad, sobre todo si estamos pequeños. Otras veces por buscar mejores oportunidades de trabajo, o porque tu trabajo es así, de un lugar a otro.

Lo cierto es que el artículo omitió un pequeño detalle: solo habla de una mudanza. Qué tal si te has mudado no una, sino tres, cinco, veinte veces... Ahí es donde los problemas pueden venir.

Yo me mudé durante mi infancia y adolescencia siete veces. No estoy diciendo que yo tenga problemas, pero si me preguntan por cosas significativas de mi vida, esa quizás sería la primera que mencione. Para bien o para mal, esto me marcó.

Conocí muchas casas, que fueron mi casa, pero a la vez no lo fue ninguna. Estuve cerca y lejos de mis allegados, aunque siempre con mi grupo familiar. Tuve muchos vecinos diferentes, y como estuve en muchos colegios, muchos amigos diferentes. Con nadie compartí muchos años, sino hasta después de adulta que he logrado formar parte de un gremio.

El apego a los espacios es una realidad que pocos comprenden, hasta que les toca vender la casa de su infancia por ejemplo. Yo supe de este sentimiento desde pequeña. Siempre hay alguna añoranza por todas las casas en las que viví. De ninguna me quise ir, aunque de algunas tal vez sí por la situación, pero igual de ellas extraño sus recovecos.

Esta inestabilidad espacial te marca, te hace. Lo irónico es que me quiero mudar, aunque la única salida plausible parece ser la frontera. No sería nada nuevo, pero no deja de ser el mismo fastidio, y la misma nostalgia de siempre.
CarbonNYC / Foter / Creative Commons Attribution 2.0 Generic (CC BY 2.0)

jueves, 7 de agosto de 2014

El tema del aumento de la gasolina


El tema del aumento de la gasolina, es sencillamente el tema de nuestro desastre económico. Muchos aspectos y opiniones alrededor de él me hacen pensar que estamos en un hoyo al que no se le ve fin.

Como he dicho antes, en Venezuela no hay que "aumentar" la gasolina, hay que ajustar su precio, que con una inflación de más del 30% anual en la última década realmente no se ha mantenido, se ha abaratado cada día, cada mes, cada año que pasa.

De paso este costo prácticamente regalado del combustible tiene un altísimo precio para la Nación (para nosotros) y unas consecuencias nada agradables, como el sobre consumo y ganancias exorbitantes pata quienes practican el contrabando de extracción. El gobierno, en lugar de pensar en aumentar precios, ha intentado aplicar otras políticas que para nada han funcionado, pero que han otorgado licitaciones a cierta gente, siempre hay alguien que ha ganado (menos el pueblo en general).

Por fin este año el gobierno ha puesto el tema sobre el tapete, llamando a un "debate" del mismo, que parece ser más bien una estrategia para ir desgastando el tema y a la hora de la aplicación haya cierta resignación ciudadana y de la opinión pública.

De las voces de los sectores opositores al gobierno había surgido antes el tema, e incluso el gobierno llegó a incluir esto en el supuesto "paquetazo" que "preparaba" la oposición, y que de llegar al poder aplicaría. Ahora con su cara lavada (y porque es absolutamente necesario), están hablando del aumento (aparte de que ya han aumentado productos de la cesta básica, han aplicado devaluaciones, etc.)

Por otro lado la oposición, contradiciendo todo lo que antes ha dicho y por llevar la contraria al gobierno, ahora dice que el aumento de la gasolina no debe darse, o que al menos no debe darse sin antes rendir cuentas de a dónde irán destinados esos fondos, o que se deje de regalar recursos a otros países. Ahora bien yo digo, ¿a dónde más van a ir sino al costeo de la producción? pues hoy en día se vende la gasolina a pérdida. Claro está que ahora hay un dinero que antes subsidiaba esa producción por el que se deberían rendir cuentas.

Por otro lado están quienes dicen que esto impactará la economía. Sí lo hará, pero ese impacto no debería ser mayor. Los precios actualmente son tan irreales, que una unidad de transporte público puede costear su tanque de gasolina con uno o dos pasajes individuales. Igualmente taxistas y transportistas en general. El costo de la gasolina es inexistente, ni se piensa en ello a la hora de adquirir un vehículo. Lo caro es el carro, el seguro y los repuestos, ¿gasolina?: gasta usted menos llenando un tanque propio que pagando pasajes de transporte público todos los días. Sería un descaro por parte del sector transporte hacer un aumento muy grande de precios ante este escenario. Al menos ahora van a invertir en su combustible.

Pero sabemos cómo se manejan las cosas en Venezuela, y sabemos que además de la inflación (y producto de ella) también hay especulación de precios desbordada. La gente tiende a pensar a futuro en sus inversiones (y es lógico) y hay precios que en lo que va de año han experimentado una subida de 400 y 500%. Un aumento de combustible va a generar una ola de aumentos, aunque no esté justificado, a eso estoy resignada.

Estoy molesta también con la actitud de la oposición, pues hablan ahora como si el combustible  barato fuese un derecho de la población de este país petrolero (o sea, hablan igual a los que están montados en el poder, y ahogan todas nuestras esperanzas de algún cambio de rumbo en la política populista que nos tiene desangrados).  De paso, nuestro combustible no es barato, es casi gratis, e irónicamente nos sale muy costoso debido a ello. Por otro lado, hay portales de la oposición escandalizándose porque un tanque podría costar 100 bolívares, cuando ese es el precio promedio de una carrera de taxi.

El ajuste en el precio del combustible es un mal necesario. Pero digamos la verdad, en Venezuela nadie tiene que aumentar nada, es el gobierno el que debe reducir la inflación.

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