En estos días me encontraba en una de las iglesias de Maracaibo, esperando, pues después de la misa iniciaría el concierto en el cual iba a participar. Cuando estoy en una misa suelo arrinconarme en algún lugar poco visible, para que no venga ningún católico a reclamarme por qué no estoy atendiendo a la ceremonia, ni estoy contestando (me ha pasado).
Lo irónico es que siempre me sé las canciones que se cantan en las iglesias católicas. Una de ellas, que si mal no recuerdo, fue entonada en la comunión, me trajo tiernos recuerdos del bachillerato, pues creo que no la escuchaba desde ese entonces. Hasta fue un momento de esos nostálgicamente agradables.
Pero por qué me sé de memoria tantas cancioncillas de estas... La respuesta es obvia. En los currículos de educación básica en Venezuela está incluida una asignatura llamada "Música", pero de música no tiene nada. Como relaté en otras anécdotas, estudié en dos escuelas católicas, pertenecientes a la AVEC. Hoy en día asisto a algunas para acompañar a los coros, cuyos directores son pagados por el Estado. En dichas escuelas, la asignatura de Música, no consiste en más que en cantar canciones, en su mayoría, religiosas. Tengo por ahí guardado un cuaderno de Música de octavo grado, y no hay notas por ninguna parte, sólo letras de canciones, en su mayoría de Cristo y de Dios, y una que otra del folclor venezolano.
En mi vida escolar, mientras tuve una asignatura llamada "Música", desde segundo grado, hasta noveno grado de educación básica, para ser más específica, jamás supe lo que era un pentagrama, una clave de Sol, una tonalidad un acorde, o escuché a alguno de los grandes compositores universales. La materia de Música viene a ser pues, una catequesis cantada. Y nuestro pueblo, de música no sabe ni papa. Vaya pérdida de tiempo.
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