sábado, 29 de octubre de 2011

Conductores poco religiosos

Ustedes saben, estamos en Maracaibo. La gente del récord Guiness debería pasarse por aquí, a ver si nos dan el premio a "la ciudad con más infracciones de tránsito per cápita" o algo por el estilo. Y también estamos en una ciudad muy religiosa.

Pero me dan especial curiosidad esos que me pasan por el lado, o por el frente, o a veces parece que me quisieran pasar hasta por arriba... que llevan detrás una de esas plaquitas tipo "Jesús" en un pescadito, o una calcomanía con un rosario y una virgen, o una inscripción tipo "en Cristo todo lo puedo"... y van por toda la avenida zigzagueando, tragándose rojas y pares, no dando paso ni a los peatones, poniéndose en el canal contrario de hacia donde van a cruzar, y adelantando al otro por el mínimo canal espacio de medio metro que encuentre, no importa si ese espacio está a la derecha o a la izquierda.

Ah sí, es que ellos "en Cristo todo lo pueden". Hasta manejar como les da la gana. Hasta ser lo que en realidad son los conductores así: asesinos en potencia.

Sé que una cosa no condiciona la otra, no es que porque tienen la calcomanía manejan mal, ni menos porque crean en Cristo. No que va. Es que a pesar de que llevan una imagen de su "dios bueno" pegado en la carrocería, no tienen el más mínimo respeto por las otras personas que andamos en los otros carros o caminandito por la calle.

Y así van, por toda la circunvalación exhibiendo lo buenos creyentes que son y exhibiendo también lo buenos asesinos en potencia que pueden ser.

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miércoles, 26 de octubre de 2011

El Estado laico: esa cosa inexistente en Venezuela


Esto no pretende ser un análisis exhaustivo de la situación del laicismo en Venezuela. Solo es mi humilde opinión sobre ciertas acciones de este gobierno, que en esta materia lo han dejado muy mal parado. Lo más triste es que nadie habla de ello.

En primer lugar, busco bases legales, y la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela no dice por ninguna parte que seamos un Estado laico o aconfesional, lo cual considero, es un atraso con respecto al resto del mundo. Apenas en el artículo 59 hay referencias a la libertad de culto, pero no se habla de la alineación o no alineación del Estado con respecto a alguna Iglesia. Este gobierno "revolucionario", "de izquierda", viola los principios laicos una y otra vez, y no es criticado por ello, ni por sus opositores, ni por sus seguidores jóvenes "revolucionarios", cuando veo que la izquierda a nivel mundial defiende la aconfesionalidad del Estado.

El presidente Chávez por un lado, no duda en atacar a la Iglesia católica cuando es criticado por sus líderes, pero respondiendo a su estilo populista, y como el pueblo venezolano es altamente religioso (que no quiere decir que todos lo seamos), todo el tiempo habla de Jesús hasta el punto de haber dicho que "Jesús era comunista", y últimamente con el rollo de su enfermedad le ha dado gracias a Dios, a la Virgen y a todos los santitos que se le han ocurrido. Por mi, el presidente puede creer en lo que le dé la gana. El problema es cuando se convierte a la religión en acto público, promocionado y por lo tanto financiado desde el Estado, que se supone que debe ser aconfesional.

En estos días escuché un pedazo de la cadena nacional que se realizó con motivo de la visita del mandatario al Santo Cristo de La Grita. Sí, se encadenaron todos los medios audiovisuales y radiales del país para cubrir un evento religioso-politiquero. Aparte de esto, me daba de todo escuchar el discurso de los periodistas, hablando del público asistente, refiriéndose a ellos como "feligreses", pero ya no se distinguía si hablaban de feligreses del Santo Cristo o de feligreses del Santo Chávez. Hablaban al mismo tiempo de "amor a Cristo" y de "amor al proceso revolucionario". ¿Estamos presenciando una deificación de Hugo? No me atrevo a sacar conclusiones apuradas, pero a mí me lo pareció particularmente en ese evento.

Ya hace algún tiempo también se realizó una misa pública en el Balcón del Pueblo para orar por la salud del presidente. No sólo se sigue haciendo propaganda política con los recursos del Estado. Ahora también se hacen actos religiosos.

Y hoy se determinó que el día 26 de octubre sería de Júbilo Nacional, por el natalicio de un santo, el Dr. José Gregorio Hernández, a quien agradece Chávez el milagrito de mantenerlo vivo. La declaración vino incluso con Gaceta Oficial y demás. El doctor es todo un personaje venezolano, pero no se declaró el festivo por sus insignes aportes en X área del conocimiento o de la cultura, sino por ser un santo, por ser "Venerable" según dijo Juan Pablo II, y además por haber hecho un milagro, "milagro" que no a todos agrada, por cierto jeje.

Por ahí dirán que yo soy una atea resentida que no quiere ver a dios por ninguna parte. Pero no es así. Yo solo quiero un Estado laico que actúe desde la imparcialidad religiosa. Yo me pregunto, ¿qué pensarán mis compatriotas cristianos evangélicos de este "Júbilo Nacional" dedicado a un santo católico? ¿Qué pensarán mis compatriotas judíos de una cadena nacional para adorar al Santo Cristo? A muchos ni les viene ni les va. Pero el laicismo sirve para garantizar la libertad de culto, y para que sus impuestos (que bastantes que ha cobrado este gobierno) no vayan a parar en la celebración de una misa o en un espectáculo alrededor de un santo.

Este gobierno, que además se jacta de garantizar la inclusión y de defender a las minorías, en el sentido religioso actúa como si todos los venezolanos fuésemos católicos, sin respetar ni a los no creyentes, ni a los militantes de otras religiones, que bastantes que hay.

Por otro lado, los opositores ni hablan del asunto, ya que aquí las rendiciones a la fe católica son lo más normal del mundo, aparte de que hablar de un "Estado laico" puede ser mal visto por muchos sectores religiosos radicales (y de paso, ignorantes) de la población, lo cual puede restar seguidores y votos. Por citar un ejemplo, el periódico opositor por excelencia del estado Zulia, el Diario La Verdad, es también el periódico de la Iglesia católica zuliana por excelencia, que incluso un día a la semana publica un encarte dedicado sólo a sus noticias y opiniones.

Considero que la situación en el país en este sentido es bastante crítica. Ya sé que hay que garantizar primero la comida, la seguridad, la educación y la salud, pero la libertad de culto (la de verdad) es un derecho humano fundamental que no debe ser pasado por alto, y yo no quiero financiar con mis impuestos ningún acto religioso. Eso que lo financien las iglesias y sus creyentes. Ya expuse en el post El laicismo, una cuestión de ética por qué pienso que un Estado que no sea laico no es capaz de garantizar la libertad de culto, y por lo tanto, uno de los derechos humanos fundamentales.

Así que, ¡yo quiero un Estado laico!

Actualización: Me ha llegado un comentario interesante de un amigo de Twitter (@Esclvsa), según el cual, aunque en la Constitución nacional no se mencione literalmente que Venezuela es un "Estado laico", hay condiciones que presuponen esta laicidad. Transcribo de sus tweets: "Ahí [artículo 59, que menciono al principio del post] no se define al Estado como laico, pero al establecer que las creencias religiosas no permiten eludir el cumplimiento de la ley o impedir el ejercicio de los derechos de otras personas, el efecto es equivalente a una declaraciónde laicidad. Más adelante en el artículo 227 se señala los requisitos para ser presidente de la República, uno de los cuales es ser de estado seglar, vale decir: no ser miembro del clero -de ningún clero.- Esa es otra condición de laicidad en un Estado." Si puede interpretarse legalmente que Venezuela es efectivamente un Estado laico, y que el Presidente debe actuar en su ejercicio público como un ente seglar, se puede decir que sus actuaciones (y de cualquier funcionario público que incurra en semejantes faltas) está actuando fuera del marco de la Ley, lo cual hace la cuestión más reprochable aún.

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lunes, 24 de octubre de 2011

De aventones y machismo

Al momento que escribo esto son las 4:30 a.m. y estoy despierta cuando pudiera estar durmiendo tranquilamente, aunque con este aguacero y el desastre de drenaje de esta ciudad, yo muy cómoda estoy, mientras a otros se les ha inundado el rancho.

Pero el asunto a tratar no es la desidia de los barrios de esta ciudad, ni el sistema de drenaje. Es el cómo nuestra sociedad es machista tan hasta la médula, que acabamos en absurdos sin que nadie se detenga a cuestionar que las cosas pudieran ser más fáciles de no ser por esta manera de ser y pensar tan estúpida, o para no decir estúpida, digamos pues, anacrónica.

Por cosas de la vida, en mi relación de pareja, yo soy quien dispone de un automóvil de vez en cuando, yo, la mujer. Y las que se arman cada vez que quiero salir con mi novio hasta tarde no son normales, por el mero hecho de que todos piensan que en la madrugada no debiera darle el aventón al muchacho hasta su casa y luego regresar sola a la mía, siendo que vivimos a unos 15 minutos de distancia cuando hay poco tráfico. Pues sí, para mis padres es preferible que él coja un taxi desde donde estemos, cosa que acabará en que por supuesto, yo me regrese sola (es decir, para mí, da igual a que lo llevara), o que él me acompañe hasta la casa y de aquí le llamemos el taxi al susodicho.

Aunque la segunda "suena más lógica", me parece la mierda más grande de este mundo que siendo que uno de los dos tiene un vehículo y lo maneja, el otro tenga que recurrir a transportes externos y de paso gastar dinero en ello.

Yo recuerdo que muchas veces salí hasta tarde con amigos, y muchos de ellos vivían al otro lado de la ciudad, y si alguno tenía carro particular, no había reparo en que me dejaran en la puerta de mi casa sanita y salva. Pasó muchas veces. Y ahora me obligan a hacer esta mierda. Y con mi pareja. Porque la niña no se puede devolver solita manejando.

Yo entiendo algunos argumentos sobre que a las niñas hay que cuidarlas más. Después de todo, aunque en tu casa los géneros sean tratados con igualdad, afuera predomina el machismo. Y la niña es quien sale preñada, y a veces hasta los padres (machistas) del niño se encargan de sacarlo del país con tal que no lo hagan hacerse cargo de la cría. Las niñas de paso son más débiles, físicamente más vulnerables y bueno, las pueden hasta violar.

Pero ya. Y yo soy una mujer adulta de 25 años, carajo, que si salgo preñada será por mi propia responsabilidad. Y no he tenido accidentes de noche, no manejo bebida, y no me quedo dormida al volante. Y aquí estamos. Cayó tremendo aguacero. No llevé al muchacho a su casa, y tenemos dos horas intentando conseguir un puto taxi. Cuando yo pude haberlo dejado a su puerta, regresarme, y ya estuviera en el séptimo sueño. Pero no. La niña no se puede venir solita manejando. Que si los ladrones, que si los borrachos, que si los charcos, que si los huecos. Riesgos que corren los machos por igual.

Al final, todos sus argumentos pierden su sentido inmediatamente si volteamos la situación. ¿Y si fuera mi novio quien dispusiera de un carro? ¿Qué creen que pensarían si me viniera yo en taxi para que el muchacho no se fuera manejando solito a su casa? Sería una mierda de hombre, ¿verdad? Sería un novio desconsiderado, un poco caballero, y demás juicios que le quieran aplicar.


Maracaibo en la noche lluviosa
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sábado, 15 de octubre de 2011

El deporte es... ¿malo?

Este post es una opinión personal sobre un artículo que recientemente fue publicado en la BBC, escrito por Dominic Hobson. Yo respeto la opinión del señor y aunque tiene razón en muchas de las cosas que plantea, creo que muchos de los fundamentos de su afirmación, son al menos criticables.

En primer lugar el titular me parece inadecuado, por ser inadecuado tildar con juicios morales cualquier actividad humana, mas aún si dicha actividad en su esencia no menoscaba los derechos de nadie ni rompe con códigos éticos. Decir "el deporte es malo" es como decir "la música es mala" o "la ciencia es mala", cuando dichas actividades o conocimientos no tienen implicaciones éticas a menos que "se las utilice para...". Entonces se puede decir que se las está utilizando "para el bien" o "para el mal", siempre desde el punto de vista de algún código moral específico, claro está.

Autor: Googie Man
El artículo comienza con una mala experiencia, en la que su hijo perdió en un juego, y salió decepcionado por haber quedado mal ante él mismo, ante su equipo y ante su padre. Esta en verdad puede ser una experiencia "odiosa" como dice él. Pero el fracaso no es algo propio del deporte. Es algo propio de cualquier actividad competitiva, o sea... ¡casi todo!

Perder no es malo. Es más, como dicen por ahí, hay que saber perder. Porque en esta vida son más las que se pierden que las que se ganan, ya lo expuse en un post reciente. Es más, a veces el que más gana es "peor persona", porque se vuelve vanidoso y orgulloso, aunque sé que no son todos los casos. Si fuera por todos los fracasos, ya yo no haría kungfu, ni tocaría piano, ni escribiría más en este blog. Porque siempre he tenido por alguna u otra razón que compararme-con-el-otro, y de eso casi nunca he salido airosa. Pero aunque por ejemplo, nunca quedo entre los mejores en las competencias de kungfu, he ganado muchas cosas. Sí, he ganado: fortaleza, disciplina, fuerza, flexibilidad, capacidad aeróbica, reflejos, capacidad de concentración, memoria, coordinación, además de buenos compañeros. Sea lo que sea que realicemos, ganemos o perdamos, la mayor y verdadera ganacia siempre es el aprendizaje. Tener nuevos conocimientos, habilidades y herramientas en esta vida.

Otro problema desde el punto de vista de la persona, es el trabajo en equipo. Bueno, pero del trabajo en equipo siempre tenemos de qué quejarnos ¿no? Y lamentablemente muchos deportes se juegan en equipo. Bien sabemos que siempre hay desigualdades entre quienes conformen ese equipo, y que unos tendrán más experiencia que otros, o tendrán mejores habilidades que otros, y que el resultado final, es responsabilidad del equipo, sea que fuere la culpa de "una mala jugada de alguien-específico". Pero los desaires y señalamientos siempre ocurren, trátese de deporte o no. Saber trabajar en equipo es algo que se debe aprender, pues tendremos que afrontar dicha situación en muchos lugares, no solamente en una cancha.

El señor luego nos dice que el deporte es como la guerra, pero sin tiros. Que el deporte está ligado "al odio, a la envidia, la fanfarronería, el desprecio a las reglas y el placer sádico de presenciar escenas violentas", escribió, citando a Orwell. El odio, la envidia y la fanfarronería están presentes en cualquier competencia. La competencia laboral, un concurso de arte o lo que sea. Han habido casos incluso dentro de la ciencia, en que unos se descalifican a otros, siendo que ellos realizan la actividad "más racional". Esto tiene que ver con el espíritu competitivo, no con el deporte. Por lo general, el objetivo del deporte organizado es competir. Pues todo esto surgirá, como humano que es. Pero la demostración de estos sentimientos está penado por los códigos deportivos. De hecho, insultar al oponente o provocarlo deliberadamente, es considerado "anti-deportivo", aunque sabemos que con mucha frecuencia se darán estas situaciones.

Autor: Flickr user "Totoro!"
Hay deportes que incluyen una dosis considerable de violencia. Por ejemplo el fútbol americano, el rugby o cualquier deporte de combate (boxeo, artes marciales, etc.) No creo que esto sea "malo", porque quienes llevan a cabo dichas actividades son totalmente voluntarios y han entrenado para enfrentarse a ello. Aparte de esto, se supone que el juego se lleva hasta donde sea "sano" para el atleta, aunque las consecuencias a largo plazo siempre se hacen notar. Ahora, ¿es malo que alguien quiera ver estos deportes? ¿Es malo porque alimenta nuestro "sadismo"? No lo creo. Al menos no he visto referencias a que esto tenga incidencias negativas en el comportamiento o en los valores de la gente.

Luego nos hace referencia que por muy grande que pueda ser la experiencia estética en el deporte, es la competencia lo que acaba prevaleciendo: "en el deporte, son los puntos, no la poesía, lo que cuenta". Esto es bastante cierto. Pero hay deportes en los que la estética es el fin, y no el resultado de jugar bien. Por ejemplo la gimnasia, el patinaje artístico o el nado sincronizado. Sin embargo a la hora de ser evaluados se tienen en cuenta criterios técnicos y no solo estéticos. Según el autor esto hace que en la arena no entren ningunos valores en juego, que el deporte sea "moralmente vacío" (así lo escribió literalmente). Pues yo reitero mi posición inicial, si es moralmente vacío, entonces es a-moral, y no in-moral. No es lo mismo.

Que los grandes festivales deportivos sean "festivales de hipocresía y ambición" tampoco es culpa del deporte. Una cosa es "el deporte" y otra muy diferente es "la industria del deporte". Estos festivales son organizados por instituciones inmensas y mueven cantidades increíbles de dinero. La institucionalidad humana está corrompida por todas partes. Una reunión de la ONU o un desfile del Papa, también pueden ser "festivales de hipocresía y ambición". Todo, cuando se contamina de poder y dinero, se vuelve corrupto. No conozco ningún caso en el que ocurra lo contrario. Y esto lo denuncian incluso los aficionados al deporte.


El comportamiento de los competidores respecto a los árbitros es natural: los árbitros son jueces. Muchas actividades humanas requieren que haya jueces, y los juzgados, si no son favorecidos, arremeten contra ellos. Así es en todo. Y la imparcialidad de los jueces casi nunca será la esperada. Siempre ocurre, no sólo en el deporte.

Sobre la parte del "pan y circo" le doy la razón de que el deporte constituye una distracción de masas. Pero no creo que esto sea intrínseco del deporte. Es intrínseco del espectáculo que se monta alrededor de él y que es llevado a cabo por las instituciones corrompidas de las que hablaba anteriormente. Igualmente, el comportamiento frenético y descalificador del fanático no es cosa del deporte. Es cosa del fanatismo. Cualquier fanatismo es malo, señor. Malo en el sentido de que hace actuar salvaje e irracionalmente, y de que hace a la persona dependiente a nivel psicológico y emocional del objeto de su fanatismo. Pero yo me entretengo viendo deportes, ahora no soy fanática, no insulto a los fanáticos del equipo contrario, ni me muero si no veo el juego. Además, para las actitudes violentas hay que tener en cuenta el comportamiento de multitudes. Es bien sabido que una persona es capaz de hacer cosas que normalmente son inimaginables para sí misma, solo por el hecho de estar apoyado o de seguir el comportamiento de la multitud. Y esto no es sólo en los deportes.

Diré como conclusión que lo más importante es no confundir "deporte" con "cosas que se construyen alrededor del deporte" o "cosas que suceden alrededor del deporte", sin tener en cuenta la complejidad de los fenómenos o de los comportamientos.  La experiencia deportiva puede ser muy satisfactoria, tanto desde el punto de vista de quien practica, como desde el punto de vista del espectador. También puede ser muy destructiva. Hay muchas cosas que podrían descalificarse si las juzgamos desde lo que se construye alrededor de ellas. Tampoco creo que el deporte nos haga "mejores" o "peores", simplemente quien lo practica, gana en aprendizaje, como mencioné.

Y lo expuesto lo he dicho en un lenguaje somero. Creo que el deporte es un fenómeno humano riquísimo, que en una aproximación antropológica daría mucha tela que cortar.

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miércoles, 12 de octubre de 2011

Hablando del 12 de octubre...

Como bien saben todos, como bien a todos nos enseñaron, hoy conmemoramos ese evento que cambió el rumbo histórico de este continente que llamaron América, la llegada de la expedición de Cristóbal Colón a esta inmensa tierra. Es natural que este acontecimiento despierte opiniones muy diversas, sobre todo a la luz del pensamiento de este siglo XXI, lleno de Derechos Humanos y apoyo a la diversidad cultural.

Que si Día de la Raza, que si de la Resistencia Indígena o qué sé yo, todos sabemos que la conquista de América estuvo plagada de "razas" y de "resistencias", pero de cualquiera de los bandos, que no eran solo blancos e indios, también fueron negros traídos a la fuerza. Se cometieron barbaridades y en verdad se puede hablar de que se cometió un genocidio en algunos lugares. La conquista fue violenta, desde el punto de vista físico y desde el punto de vista cultural: los españoles impusieron sus códigos culturales por la fuerza en la mayoría de los casos. Hubo grupos indígenas que realmente ofrecieron una resistencia armada. Ya sabemos que los españoles empezaron, sí, sí. Pero los que vivían aquí no eran ningunos pendejos ni ningunos mansitos. De hecho los tres grandes imperios precolombinos que existían en el continente eran eso: imperios, y se comportaban como tales, dominando tierras y etnias a sus alrededores por extensiones inmensas, y su historia estaba también llena de sangre. Como la historia de cualquier pueblo civilizado en la Tierra. Y dieron la pelea en la conquista. Era lo mínimo que podían hacer.

Ahora bien, últimamente ha surgido un movimiento en Latinoamérica empeñado en eso de que los españoles eran unos malos/bárbaros/salvajes, y que debemos recordar que "nuestros antepasados" los indígenas fueron las víctimas del proceso, y que a ellos debemos hacer honor, como cambiando los héroes de un lado para el otro.

Una cosa es que los indígenas fueron víctimas. Sí lo fueron. Pero en este encuentro violento hubo víctimas por todas partes. Y la España que llega aquí era una España en quiebra, desesperada, que recién acababa de terminar la guerra contra los moros, y que al ver que había encontrado tierra "nueva", se apresuró a quedarse con la tajada mayor, antes de que vinieran los otros imperios europeos a querer meterse también, cosa que como ya sabemos, hicieron.

Otra vaina que no me cuadra es eso de que "nuestros antepasados" son los indígenas. A ustedes les hablaron del mestizaje, ¿verdad? Entonces queridos, los españoles también son nuestros antepasados, no hay de otra. Ponerse a jugar ahora a desentenderse del elemento español en nuestra cultura, es por lo mínimo, insensato. Ya sé que los tipos eran violentos y que asesinaron y que bla bla bla, pero igual son nuestros antepasados. Que un indígena hable de que los pueblos precolombinos son sus antepasados, bueno, lo acepto. ¿Pero el común de la gente aquí? ¿Caucásicos, café con leche, trigueños, pelúos? No, qué va.

Y no hablo solamente de fenotipos, hablo de cultura. Si quieren negar que ustedes descienden de los bárbaros españoles, por lo menos, dejen de hablar castellano, por favor. Yo soy mestiza. Y en el mestizaje es que debe estar fundamentada nuestra identidad, no en la negación de alguna de las tres razas. Negar al blanco es tan ridículo como negar al indio o al negro que llevamos dentro. Yo uso hamaca y me gusta el casabe. Pero también me gustan el joropo y el valse, me gusta el cuatro y me tripeo las fiestas patronales. También me gustan los chimbangueles y la gaita de tambora. Pero es que aquí todo está mezclado. Hasta la religión es criolla. Los latinos son una cuerda de santeros, y no me refiero a la "santería" como religión, sino a que el católico normal de este continente adora a sus santos más que al propio Cristo y les pone velas y las estampitas y etcétera. Bien sabemos que muchos de ellos son mezclas de santos europeos con deidades africanas. Y así somos en todo: criollos. En el habla, en las artes, en la gastronomía... ¿Y vamos a tener los santos cojones de negar al español que tenemos dentro?

De hecho, me atrevo a decir de una forma apresurada que el indio fue el elemento que menos se mezcló. Aún prevalecen muchas comunidades étnicas que, ojo, no viven y no tienen por qué vivir aisladas. Saben perfectamente cómo amoldarse a la Latinoamérica del siglo XXI, conservando sus tradiciones. Eso está bien. Lo que sí apoyo es que hay que respetarlos, y procurar la inclusión. Bueno, y cuando se habla de inclusión ¿no es querer que estas etnias pertenezcan también a nuestro modelo de sociedad predominantemente occidental? También apoyo que estas comunidades no tienen por qué vivir al margen de la ley. Se respeta la diversidad, pero desgraciadamente para asegurar la "sana" convivencia, hemos inventado eso que se llama Ley, y a la que todos debemos atenernos por igual. 

Lo importante es echar el cuento como es. Obviamente, los intrusos siempre son los que llegan después. Pero nosotros somos el resultado de esa intrusión, y cinco siglos después, considero ridículo que se quiera tildar de "malos" a los intrusos y negar que de ellos venimos también.

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martes, 11 de octubre de 2011

De golpes y... golpes

La experiencia deportiva puede llegar a ser muy frustrante. Por lo general, los fracasos son más que los éxitos, a menos que seas un as. Aunque creo que hasta los genios se tropiezan bastante. Pero básicamente así es todo en la vida. No se logra la superación si no es en base a muchos errores. Me pasa hasta en la música. A veces hasta pienso que soy una masoquista, por pretender lograr tanto en tantos aspectos, lo cual a veces me lleva a sufrir mucho. Pero los momentos de éxito y los grandes aciertos lo llenan a uno de una satisfacción tal, que vale la pena proseguir a pesar de todo. Y cuando se hace un ejercicio de retrospectiva, resulta impresionante cuánto puede haber avanzado uno, y cuánto puede haber evolucionado uno, incluso tomando como referencia un período corto, por ejemplo, cinco años. Soy del pensar de que el movimiento en la vida siempre es bueno, aunque a veces duela.

El deporte como yo lo practico, considerándome una aficionada, por lo general se lo vive de una manera muy lúdica. Se obtienen muchos beneficios físicos y psicológicos, y también se hace uno de un grupo de buenos amigos, con quienes aunque uno compita, siempre serán amigos. Hasta el combate se vive de esta forma. Aunque a veces las hormonas hagan que uno de momento no quiera ni hablarle al rival, al rato el compañerismo prevalece, y uno recuerda la experiencia entre risas. Lo lúdico no quita lo serio. Para nada. Ni tampoco quita el aprendizaje. Lo mismo pasa en el arte. El deporte suele requerir de una gran creatividad, habilidad técnica y capacidad de improvisación. Lo lúdico suele enriquecer estos aspectos. Podría estar hablando de tantas cosas ¿cierto?

El domingo tuvimos un torneo en la escuela de kung fu en la que practico. Luego de mi primera derrota fui a pelear por el tercer lugar, y un mal golpe (malo para mi, bueno para la rival) hizo que sangrara por la nariz, y fui eliminada automáticamente. En el momento estaba herida, pero sobre todo de orgullo, como suele ocurrir en esos momentos. Uno no se hace consciente del daño, solo quiere dar la pelea, aunque al final sea derrotado. Pero al rato se pasó el sangrado, y el orgullo también. Es obvio que si me pasó eso fue porque algún error cometí, a lo mejor no cubrirme eficientemente o que sé yo. Pero fue divertido.

Hay madres que se horrorizan al ver este tipo de deportes, y he sabido de algunas que retiran a sus hijos de la práctica. A mi ya ni me duele la nariz. Peores golpes he llevado, aunque en este haya habido sangre. Golpes de crecer, como le decían a uno. Esos golpes se pasan rapidito. Peores son los golpes psicológicos y emocionales. De esos hay algunos que me dieron hace años y aún no los olvido. Así que antes de prevenir a sus hijos de golpes físicos, prevénganlos de golpes emocionales, que esos son los peores. En fin, qué voy a saber yo de criar hijos.

Al final yo sí creo que la práctica deportiva ayuda a forjar el carácter. Como cualquier aprendizaje y como cualquier práctica social en la vida, que requiera de enfrentamientos. Yo soy menos llorona gracias al kung fu, y también gracias al piano. Más me ha hecho llorar el piano, si a esas vamos. Así es que, a punta de golpes, sigamos forjando el espíritu.


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lunes, 3 de octubre de 2011

Maestros, infantes y recuerdos

El día de hoy tuve un momento de inspiración, fugaz, extraño e inesperado; y quizás fue uno de los momentos que más me han hecho disfrutar de estar tocando.

La cosa es que hoy fue un día de mucho ajetreo, un día de esos en que todo coincide, que si la reunión, que si la clase, que si el concierto. Y con el atuendo del concierto tuve que hacer todas las actividades de la mitad del día. El repertorio que debía afrontar ya tenía tiempo preparándose e incluso se había presentado en una ocasión, pero no era mío solo, sino que era interpretado por un coro infantil de unos cuarenta niños y yo era su acompañante.

Trabajar con niños siempre ha sido algo fresco, que le remueve las ideas a cualquiera no más de oír tanta ocurrencia de los pequeños diablillos. Pero debo decir que sí que cantan como los ángeles, después de tanto darles duro pa'llá y pa'cá, pero como los ángeles cantan; la claridad de sus voces se compara con el primer rayo de sol en el amanecer. Ya en serio, la cosa andaba sonando bien.

Desde hacía días visitaba la ciudad una persona con la que no compartí prácticamente nada. Los directores del coro de niños son como compañeros míos, es más, algunos de ellos hasta de promociones posteriores de la universidad. La persona en cuestión vendría a ser la maestra del maestro de ellos, que estaba acá haciendo una serie de talleres. Vaya qué decir, que todos le tenemos inmenso respeto, y sólo pensar dirigir, tocar o cantar frente a la señora, ya nos daba como miedo. Lo cierto es que ella no había escuchado a los diablillos desde su arribo a Venezuela, y cuando vemos que va a estar presente en el ensayo general antes del concierto, como que nos entró un susto.

Pero cuál no fue mi sorpresa, que al empezar a tocar las canciones del paisano suyo Vitier, la mujer no hizo sino trasladarse a su infancia, y ha empezado como la misma niña a aplaudir, cantar las canciones y tararear hasta los solos del piano. Les juro que nunca en mi vida vi a alguien ser tan feliz mientras yo estaba tocando, sea que sola o que acompañada, y pensar que a la primera persona que vi tan emocionada y tan sinceramente, fue a la maestra del maestro.

Qué decir que esta noche después de ese ensayo, subí feliz al escenario, y todo salió a pedir de boca, al menos para mi, y a pesar de las deficientes circunstancias acústicas. Éramos todos una cuerda de jóvenes, más una cuerda de carajitos, que sin querer conmovimos a un viejo y experimentado corazón y quién sabe a cuántos más y ni sabemos.

Para eso quise ser músico. Y es la primera vez que lo logro palpar. Fue hermoso.


Vanesa Pérez Cárdenas
  15 de julio de 2011




Foto tomada el día del Concierto. Maracaibo, 15/07/11
Templo a San Tarcisio
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sábado, 1 de octubre de 2011

13. El primer libro que leyó en su vida.


El primer libro que recuerdo que haya leído es Momo de Michael Ende. Para esta época de mi vida, los recuerdos se me vienen hoy un poco confusos, recuerdo algunos libros que leí, pero el orden exactamente no lo recuerdo. Creo que éste fue el primero.

Pero como lo leí hace tanto tiempo, no recuerdo casi nada de él. Recuerdo una niña huérfana que vivía en un anfiteatro, recuerdo a Casiopea, y recuerdo más que nada a los hombres grises que robaban el tiempo, y que hubo que perseguirlos por lugares que yo imaginaba sumamente extraños y geométricamente confusos. Pero entrar en detalles, ni me lo pidan.

Sin embargo, hoy viendo las cosas en retrospectiva, me sorprende la temática de esta novela, que para un niño debe ser bien inquietante. Sobre todo por la manera como se presenta al fenómeno del tiempo. El tiempo siempre ha sido muy inquietante para mí, lo más obvio y lo menos obvio a la vez. A veces me parece que darle un sustantivo al transcurrir es realmente un absurdo lingüístico.

Apenas hoy, día en que escribo este post, me doy cuenta de que el autor es el mismo de La historia interminable, o como la conocimos aquí por la película, La historia sin fin.

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12. Una biografía.

"El Príncipe es el símbolo de aquello que no puede nombrarse, porque no es; mas su presencia parece desvanecerse ante la afirmación única, cada vez más insoportable, a medida que avanzan los años: la afirmación de que el transcurrir de la vida quiere decir tan sólo que el final se acerca y que la muerte, que ya en la Revelación se asimilaba de una manera más o menos esencial al Príncipe de las Tinieblas, del no ser, es el único lugar a donde puede acceder el artista, el poeta; pues éste, por la misma razón de su ser, obliga al no ser a venir a ser. Pero la muerte no es; la pérdida de mi ser sólo la puedo experimentar yo (y al aceptarlo dejo de experimentarlo): la muerte sólo es experiencia para los demás, para los supervivientes. Así, el poeta, el artista, abre paso a la apertura de la conciencia de los demás con su obra, pero la esencia del morir de ésta le está vedada, y su comprensión del ser de su morir se le escapa asimismo por su esencial imposibilidad. Con ello se le hace inasequible la esencia de su obra; sólo puede entregarla a los demás, y su obra sólo en ellos se consuma: aquí radica la profunda tristeza del artista y su angustia insoportable, a la cual siempre se halla asido por la imposibilidad de asir el «otro lado», el más allá del final de su tiempo."


Josep Soler
Prólogo al libro Mahler  de Theodor Adorno
Ediciones Península



Lo más cercano que he leído comenzado a leer a una biografía, es este libro. Lo compré más por su autor que por el referido maestro. Pero lo dejé ahí mismo, por considerar insensato leerlo sin conocer más la música de Gustav Mahler. 

Les dejo un fragmento del prólogo, porque me pareció bastante estremecedor.






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