Últimamente se me han pasado por la cabeza muchas cosas que detestar. No sé si es que ando en un círculo de negatividad, lo cierto es que no me siento deprimida, sino que más bien puedo decir que a través de la negación se afirma uno a sí mismo, y afirma cosas también. Y me di cuenta de que hay algo que detesto y que en una persona tan irreverente como yo es raro detestar, y es precisamente la arrogancia y la irreverencia que muchos tienen frente a la complejidad.
La "realidad" es compleja, y es esto lo que la hace fascinante, y a la vez, inaprehensible y, por lo tanto, incomprensible del todo ¿Es esto tan difícil de aceptar?
Cualquier intento que haga el hombre por explicar cualquier cosa es una simplificación, es siempre insuficiente. Así es. Cualquier discurso, sea del tipo que sea, es un intento desesperado de nuestras mentes por simplificar algo inaprehensible que siempre está ahí, dentro, fuera, alrededor, que es demasiado complejo para nuestra comprensión tan primitiva. La ciencia, el arte, la mismísima palabra, son simplificaciones de diferentes aspectos de esa complejidad, y es que quizás en ella, esos "aspectos" ni siquiera existen como tales. Hasta este escrito es una simplificación. Es más, creo que simplificar es nuestro mejor talento.
Entonces, cómo es que alguna gente, y no precisamente de la más experta, puede creer que es capaz de comprender e incluso predecir cosas tan complejas como un individuo, una economía, una partícula, yo que sé. Admiro todos los esfuerzos que se hagan por conocer, por indagar, por cada vez simplificar un poco menos lo simplificado. Pero, por favor, más respeto por el caos, la complejidad y el devenir, sólo así seréis capaces de comprender un poco más.
Texto escrito originalmente el 08/05/2010
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